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José Pedroni - El hermano luminoso

Escritor y poeta de Galvez
José Pedroni en una entrevista.

JOSE PEDRONI

Escritor y Poeta de Galvez, Santa fe

José Bartolomé Pedroni , escritor y poeta , nació en Gálvez, provincia de Santa Fe, el 21 de septiembre de 1899. Era hijo de Gaspar Pedroni y de Felisa Fantino, ambos inmigrantes piamonteses. El escritor creció disfrutando de la paz del campo y rodeado de los nobles instrumentos de trabajo. Pero la infancia de Pedroni fue también sufrida, ya que a la par de la escuela tuvo que trabajar con su padre como ayudante de albañil. Muchas de las imágenes que Pedroni fue registrando durante su niñez, serían el barro que luego utilizaría para construir sus versos.



En 1912 se radica en Rosario. Estudia en la Escuela Superior de Comercio y aprende inglés y francés. Por entonces comienza a publicar sus primeros trabajos en un diario de Gálvez. Los años mozos de Pedroni transcurren en una Rosario convulsionada por movimientos obreros socialistas y anarquistas. En 1912 se produce el Grito de Alcorta, la primera huelga agraria del país. Años después cae asesinado el abogado Francisco Netri. Ese clima de virulencia social también influyó en la formación del poeta. 

En 1916, José Pedroni obtiene el título de Bachiller y comienza a trabajar como tenedor de libros, dos años más tarde y por razones laborales, se traslada a San Carlos Norte y luego a Sa Pereira. Allí comienza a conocer la historia de los primeros colonos, historia que reproducirá en sus versos. 



Historia de Galvez
Su casa natal en Galvez.

Trabajando como contador en la Casa de Ramos Generales de Alejo Chautemps, José Pedroni conoce a la que sería su esposa y compañera fiel: Elena Chautemps, con quien contrajo enlace el 26 de marzo de 1920. Un año después, el 17 de marzo de 1921, nace su primer hijo, Omar Tulio. Ese mismo año, luego de recibir la baja como conscripto militar, Pedroni se traslada a Esperanza, donde se emplea en la Fábrica Nicolás Schneider, en la cual trabajó como contador durante 35 años.

En 1923 aparece su primer libro: La gota de agua . El debut fue impactante: Pedroni empezaba a mostrar una poesía distinta, por su sencillez y belleza, donde el protagonista principal es el hombre, el obrero, la mujer amada, los hijos y la tierra. Dos años después, en 1925, sale a la calle Gracia Plena . La llegada del segundo hijo, José María, hizo que Pedroni le regalara a la posteridad varios de sus poemas más hermosos y recordados. Fue un éxito literario. El 13 de junio de 1926 se produce un hecho que será fundamental para Pedroni: en una nota aparecida en el diario La Nación , Leopoldo Lugones exalta la obra del poeta santafesino, a quien bautiza como “el hermano luminoso”. En 1928 nace el tercer hijo de José Pedroni: Juan Carlos, y en 1930, llega al mundo la única hija del poeta: Ana María, quién se radicó en Guatemala.

Los conceptos elogiosos de Lugones hacia el poeta, terminaron convirtiéndose en una pesada carga, a punto tal que debieron pasar diez años para que aparezca el libro sucesor de “Gracia Plena”: Poemas y palabras . En los años siguientes José Pedroni publica Diez mujeres (1937), El pan nuestro (1941), Nueve cantos (1944). Hasta que en 1956, luego de varios años de espera, aparece la que para muchos fue su obra cumbre: Monsieur Jaquín . Este libro es un homenaje a los primeros inmigrantes que trabajaron la tierra, especialmente a los fundadores de la Primera Colonia Agrícola Organizada del país: Esperanza.

En 1959, el escritor funda en Esperanza el Teatro de Títeres Pedro Pedrito, con la colaboración de otro gran artista: Ricardo Borla. En mayo de 1960 se publica Cantos del hombre . En ese trabajo, Pedroni recuerda a unas islas a las que Yupanqui llamaría después “la hermanita perdida”. En diciembre del mismo año aparece Canto a Cuba . Estos versos, en los que Pedroni refleja admiración por aquellos barbudos que intentaban parir un mundo nuevo, hicieron que muchos intentaran encasillarlo ideológicamente. En 1961 le sigue La hoja voladora y luego en 1963, el que sería su último libro: El nivel y su lágrima .

Pedroni siguió escribiendo hasta sus últimos días. En ocasión de inaugurarse el Velódromo Municipal de Esperanza, se le pidió un poema alusivo. Así nace La bicicleta con alas . Fue casi una despedida. El 4 de febrero de 1968, José Pedroni voló hacia otros mundos en Mar del Plata, lejos de Esperanza, su tierra amada.

Una vez le preguntaron a Pedroni para quién escribía, si para todos o para sí mismo. Él contestó imperativo que el que escribe para todos no escribe para nadie, y el que escribe para sí ha elegido el peor interlocutor, ya que a la gente no le interesan las tribulaciones personales de un poeta. La poesía de Pedroni apunta, como a él le gustaba decir, “al corazón del hombre”. Quizás eso explique la vigencia de su obra.

Jose Pedroni
Una de sus obras "La hoja voladora".

José Pedroni… por José Pedroni…


Voy a decir quién soy: octavo en el orden de once nacimientos, vine al mundo en Gálvez, (Santa Fe) el 21 de setiembre de 1899. Allí hice mis primeras letras; allí permanecí hasta los trece años. En ese tiempo, el mejor de mi vida, se produce mi cuento donde hay algunos nombres - Juan, Ramón, Félix, Julián y Ercilia, mi dulce hermana - ; las ruinas de un iglesia que nunca llegó a techarse, una laguna llena de sanguijuelas chupadoras, un campo con pechirrojos, un tren que pasa y una mariposa que deposita en mi corazón el huevecillo que se resolvería después en verso un poco triste. Mi padre, constructor de cuchara en mano, a quien yo servía como peoncito en mis horas libres, solía encontrarme detrás de un montón de ladrillos tocando la serenata de mi soledad en un violín de dos palitos secos. Otras veces su silbido me sorprendía escribiendo en la arena palabras inventadas, arte este de bajo precio al que finalmente me aficioné. Mi madre se llamaba Felisa, y era callada, propensa al llanto y muy hermosa. Mi padre, Don Gaspar, era menudo, nervioso, dominante y gran trabajador. Firmaba Pedroni Gaspare. A su nombre llegaba a nuestra casa un diario italiano que yo leía para él por las noches. Me decía que sabía hacerlo muy bien; pero no era cierto. Casi siempre mi padre se dormía sobre la mesa grande, tan cansado estaba. Mi madre lo sacudía, y él buscaba el lecho con paso vacilante. Yo aprovechaba para irme a dormir y hacia la noche me despertaba para llorar. Me curaron con una tijera abierta, puesta por Ercilia debajo de mi cama. Contábame ella después que aquella noche temblaba como una hoja. Un día me llevaron a Rosario para que estudiara. A los dieciocho años regresé al campo. Anduve por algunas colonias agrícolas. Con los cosecheros aprendí a cantar. A los veinte años aparece la mujer, una sola en mi vida. Conscripto y casado, llegamos con un hijo a Esperanza . Fui durante treinta y cinco años contador de una fábrica de arados. Jubilado, aquí estoy con sesenta y tantos años, cuatro hijos y nueve nietos. Eso es todo, y demostrativo de lo común de mi vida que no me separa de los demás. Con las palabras de Hugo respondo a la desilusión que pueda producir en algunos: “Insensato lector, ¿crees que yo no soy tú?”

He publicado doce libros de versos, donde el hombre en quien creo y a quien amo, participa de mi emoción y domina sobre el paisaje. El recuerdo del hombre dirá cuál es el mejor de mis poemas.

Fuente: Página de Facebook "José Pedroni".

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