Pueblo Liebig - Legado de la Corona
Pueblo Liebig es una reliquia histórica que tiene impresa en sus calles, en su arquitectura, en su pasado y en su presente el paso de los ingleses por la Argentina. “Liebig´s Extract of Meat Company LTD” le dio vida, sobre la margen del rÃo Uruguay.
Quince kilómetros al norte de Colón, Entre RÃos, a través de un camino de ripio y el verde de los campos, se llega a Pueblo Liebig. Desde lejos, una vieja chimenea delata su historia y no es difÃcil imaginar la magnitud del poderÃo económico que en otro tiempo alcanzó.
La firma Liebig´s Extract of Meat Company LTD invirtió sus capitales en el lugar en 1903, cuando compró un saladero que allà funcionaba y montó una gigantesca fábrica destinada a abastecer al mercado europeo.
La intención principal fue elaborar extracto de carne, producto de alto valor nutricional inventado por el quÃmico alemán Justus Von Liebig, pero de elaboración impensable en Europa por los costos y la cantidad de carne necesaria: 30 kilos de carne magra y fresca para obtener un kilo de extracto.
Liebig´s Extract of Meat LTD puso en marcha la Fábrica Colón, un establecimiento industrial gigantesco y completÃsimo, calificada por la prensa internacional como “la cocina más grande del mundo”. Una de las crónicas periodÃsticas de 1910 describe: “No es posible imaginar, en instalaciones culinarias, nada más imponente que la vasta Fábrica Colón, donde diariamente se echa a la preparación de un caldo colosal nada menos que la friolera de 1.300 a 1.500 animales vacunos, durante seis meses consecutivos del año”.
La fábrica contaba con 14 enormes calderas alimentadas con carbón de piedra; generadores de energÃa eléctrica con turbinas de vapor; bombas de agua; gasógenos; compresores para cámara defrÃo; fábrica de hielo, de latas, de cajas y cascos de madera; talleres mecánicos, de electricidad, de fundición, carpinterÃa, hojalaterÃa; fábrica de clavos y abrelatas. Grandes muelles con guinches a vapor y eléctricos desde donde salÃa la mercaderÃa a Europa y llegaban los suministros necesarios para el funcionamiento fabril; una red ferroviaria para zorras de tracción a sangre; cuadrillas de limpieza y movimiento de cargas; tres pistas de aterrizaje de 2.000 metros cada una; aviones para el traslado del personal jerárquico de las estancias de Corrientes y Paraguay o a la oficina central de Buenos Aires.
Del animal “lo único que se desperdiciaban eran los mugidos”, deslizan los antiguos operarios en broma, porque el aprovechamiento del animal era absoluto.
En los tiempos dorados y con el aporte de 3.000 operarios llegaron a faenarse 2.800 vacunos por dÃa, los cuales salÃan procesados en polvo de carne, caldo de huesos, corned beef –carne enlatada-, brisket beef –carne de pecho-, lenguas conservadas, extracto de carne, caldo de rabos, grasa refinada, sebos industriales, jugo de hÃgado, primer jugo, chicharrones vacunos molidos.
PUEBLO LIEBIG. Fue construido por los propietarios del frigorÃfico para albergar parte de su personal y en consecuencia a esa firma pertenecÃa todo. En el diseño arquitectónico se diferenciaron claramente tres sectores: la fábrica, el barrio del personal jerárquico –Los Chalets- y el barrio de los obreros –El Pueblito-. “De las instalaciones industriales partÃa una larguÃsima mangao brete de madera, que en sentido este-oeste atravesaba el nucleo urbano y se usaba para el traslado de los animales desde los campos de la compañia Liebig's hasta la playa donde eran sacrificados", describen los arquitectos Carlos Canavessi, Laura de Carli y Raul Acuña.
"Ademas, esta manga formaba una barrera fisica, que por un sistema de tranquera solamente, vinculaba - o aislaba- los dos barrios". La manga hoy ya no existe, pero un pequeño fragmento fue recientemente reconstruido, a los efectos de referenciar su recorddio.
En el barrio obrero, bautizado El Pueblito, habia tres tipos de viviendas. Los obreros con familia residian en La Hilera, una construccion que hoy en dia sigue llamando la antencion por su particular arquitectura: varias cuadras unidas porsus frentes todos iguales, “zaguanes comunes cada dos casas, sin puertas, una especie de zaguán con un arco de medio punto; luego, cuatro ventanas rectangulares colocadas en forma vertical y asà repetidos en toda su extensión”. Los hombres solos vivÃan en La SolterÃa y los solteros de menor jerarquÃa en Los Galpones. El Centro CÃvico, la escuela y la capilla también se emplazaron en este sector.
El barrio del personal jerárquico, el más pintoresco y con vistas al rÃo Uruguay, se ubicó al sur de la manga, “en una calle ancha bien arbolada de paraÃsos y otras especies exóticas, en la que se sucedÃan los chalets, rodeados de cuidados jardines”. Fue el barrio Los Chalets. Los ordenamientos y distinciones jerárquicas a través de estilos y diseños en la construcción también se extendieron a los visitantes, quienes de acuerdo a su rango eran recibidos en la Casa de Visitas Nº 1, la Casa de Visitas Nº 2 o el Mess.
La mayor suntuosidad la alcanzó la Casa de Visitas Nº 1, donde se alojó el PrÃncipe de Gales, directores de la compañÃa o altas personalidades. La Biblioteca, el Lawn Tennis y la Oficina de Correos completaban este privilegiado sector.
EL PRESENTE LIEBILEÑO. Los ingleses de Liebig´s Extract of Meat LTD ya no están. En 1976 transfirieron las instalaciones a Fricosa y vendieron a los pobladores las viviendas por un monto modesto. De la mano de Fricosa la fábrica redujo considerablemente sus actividades; en 1980 fue vendida a Vizental y poco después cerró. Hoy está desmantelada, pero su edificio sigue orgullosamente en pie.
Los ingleses se fueron cuando las condiciones polÃticas y económicas del paÃs dejaron de serles convenientes, pero legaron un pueblo que bien merece
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