Santa Fe - La Historia en Fotos 9

SANTA FE, LA HISTORIA EN FOTOS PARTE 9

POBLACIÓN A TRAVÉS DE LOS AÑOS

1573: Según Garay y el factor Pedro Dorantes: 80 habitantes.
1661: Según cálculos: 300 habitantes.
1795: Según informe de Larramendi: 4.000 habitantes.
1797: Según Félix de Azara: 4.000 habitantes.
1811: Según los hermanos Robertson: 5.000 habitantes.
1816: Según empadronamiento: 6.000 habitantes.
1825: Según empadronamiento: 6.102 habitantes.
1857: Primer empadronamiento nacional: 6.615 habitantes.
1869: Primer Censo Nacional: 10.670 habitantes.
1887: Primer Censo Provincial: 17.559 habitantes.
1895: Segundo Censo Nacional: 28.462 habitantes.
1901: Censo General del Municipio: 35.635 habitantes.
1907: Censo Municipal: 44.257 habitantes.
1914: Tercer Censo Nacional: 79.287 habitantes.
1920: Censo Municipal: 83.996 habitantes.
1923: Censo Municipal: 103.536 habitantes.
1933: Estadística Municipal: 134.629 habitantes.
1938: Estadística Municipal: 146.566 habitantes.
1946: Cuarto Censo Nacional: 200.000 habitantes.
1960: Censo Nacional: 217.696 habitantes.
1970: Censo Nacional: 257.241 habitantes.
1980: Censo Nacional: 306.293 habitantes.
1991: Según proyección del IPEC*: 349.323 habitantes.
1998: Según proyección del IPEC*: 370.669 habitantes.
* Instituto Provincial de Estadísticas y Censos.-



Agosto 1990. La principal arteria, sobre la izquierda, es Boulevard Gálvez, desde su comienzo en la parte superior frente a Canal 13 hasta San Luis en la parte inferior, y hacia la derecha, en el ángulo inferior derecho de la foto, se puede apreciar el Shopping Estación Recoleta.
ESCUDO DE LA MUNICIPALIDAD DE SANTA FE.
El escudo de armas de la ciudad de Santa Fe se creó a través de una ordenanza fechada el 7 de Diciembre de 1894 fijándolo de la siguiente manera: en un campo compuesto de los colores nacionales de destacará en la parte superior la fecha de 1580 como recuerdo del primer movimiento de libertad que repercute en 1810, y esta última fecha se colocará en la parte inferior del escudo. Al centro y al pie del gorro frigio se inscribirán las cinco fechas de las Convenciones habidas en el Cabildo y detrás del gorro frigio, el sol de la libertad. El escudo está rodeado con ramos de laureles, unidos en su parte inferior con trozos de cadena y una cinta con los colores patrios. En la parte superior lleva la inscripción: Municipalidad de Santa Fe.



Las fechas del escudo municipal representan:
1828: Convención Nacional y Tratado con Brasil.
1831: Tratado o Pacto del Litoral.
1853: Congreso Constituyente.
1860: Convención Reformadora.
1866: Convención Reformadora y Reforma sobre los derechos de exportación.

ESCUDO DE LA PROVINCIA DE SANTA FE
El escudo de la Provincia de Santa Fe presenta la forma de un óvalo con su campo dividido en dos secciones. La parte superior es de color azul celeste y la inferior de color plata, colores del Escudo Nacional. En el interior del óvalo dos flechas apuntando hacia abajo en forma de Cruz de San Andrés, y en el medio de ambas, entrelazada con ellas por una cinta color punzó, una lanza con la punta en alto. La significación heráldica señala que las flechas y la lanza simbolizan la barbarie del salvaje vencido por la lanza del caballero cristiano. El conjunto se encuentra estrechado por una cinta punzó expresión del federalismo santafesino.


Dentro del óvalo se encuentran 19 estrellas que representan al mismo número de departamentos que configuran la división política de la provincia.
Según documentos del año 1780, el primer escudo heráldico fue el de España, implantado por Juan de Garay; luego de sucesivas reformas se adoptó por ley, el 29 de junio de 1937, el actual. ACTA DE FUNDACION DE SANTA FE
"Yo, Juan de Garay, capitán y justicia mayor en esta conquista y población de el Paraná y Río de la Plata. Digo que en el nombre de la Santísima Trinidad y de la Virgen Santa María y de la Universidad de Todos los Santos y en nombre de la Real Magestad de el Rey don Felipe, nuestro Señor y del muy ilustre señor Juan Ortiz de Zárate, gobernador y capitán general y alguacil mayor de todas las provincias de dicho Río de la Plata y por virtud de los poderes que para ello tengo, fundo y asiento y nombre esta ciudad de Santa Fe en esta Provincia de Calchines y Mocoretaes, por parecerme que en ella hay las partes y las cosas que convienen para la perpetuación de dicha ciudad, de agua y leña y pastos que quiera, y casas y tierra y estancias para los vecinos y moradores de ella y repartirles como su Magestad lo manda, y asiéntola y puéblola con aditamiento que todas las veces que pareciese o se hallase otro asiento más conveniente y provechoso para la perpetuidad lo puede hacer con acuerdo y parecer del Cabildo y Justicia que en esta ciudad hubiese".
"Otro sí mando que el asiento y repartimiento de los Solares Cassas de los vecinos de esta Ciudad se edifiquen y assienten y se guarden conforme a las trazas que tengo señaladas en un pergamino que es fecho en este asiento y ciudad de Santa Fe, oy Domingo a quince de Noviembre de mil y quinientos y setenta y tres años. Otro sí en la tierra de esta ciudad tengo señalado dos solares para iglesia mayor, la cual nombro la advocación de todos los Santos. Testigos que a todo lo dicho fueron presentes Francisco de Sierra, maestre de esta conquista y Antonio Thomas y Hernan Sanchez, oy Domingo 15 de Noviembre de 1573. Juan de Garay".
Texto tomado de la "Historia de la ciudad y la provincia de Santa Fe" de Manuel Cervera.
Se respetó la grafía antigua del original, por lo que palabras como "Hoy", que en el texto aparecen "oy" sin h es tal cual fueran escritas.
BANDERA DE LA PROVINCIA DE SANTA FE
En 1815 Santa Fe se subleva contra Buenos Aires, al intentar el Director Alvear romper con el poder de Artigas en la Banda Oriental y la idea de federalismo que existía en Entre Ríos, Corrientes y Misiones.



Primera. bandera de 1815.

Entonces una revuelta popular depone a Eustaquio Díaz Vélez, gobernador delegado, y el Cabildo nombra a Francisco Candioti como Gobernador interino y adopta la "bandera de Artigas", que era el pabellón de la Federación contra el Directorio de Buenos Aires.La misma estaba compuesta de una faja horizontal blanca en el centro, dos fajas horizontales celestes a los dos lados y una encarnada que la cruzaba diagonalmente.
Pero Candioti fallece en septiembre de 1815 y Viamonte toma el poder de la provincia, designando a Juan Francisco Tarragona como Gobernador, por lo que Santa Fe pierde su autonomía y la bandera es reemplazada por la celeste y blanca "de la Patria".
Tras la sublevación de Añapiré, que condujeran Mariano Vera y Estanislao López, es derrocado Tarragona el 31 de marzo de 1816 y, nuevamente se cambia la bandera, utilizándose la de Artigas.
Cuando se entra en un período de paz, tras la firma del Tratado del Cuadrilátero (1822), el Brigadier Estanislao López, que ocupaba el cargo de Gobernador, presenta ante la Junta de Representantes una propueta de bandera que identificara a la Provincia.


Bandera definitiva, creada en 1822.
Solicita que la misma contenga tres bandas verticales: colorada, blanca en el medio, celeste a la derecha y en el centro un óvalo, orlado con una franja amarilla donde se lea: "Provincia Invencible de Santa Fe"; y en su interior las armas, con un sol naciente. El 3 de agosto es aprobada la solicitud.

HISTORIA DEL ESCUDO DE LA PROVINCIA DE SANTA FE.
Época Colonial.
Según el Dr. Ramón Lassaga, el primer escudo heráldico de Santa Fe dióselo don Juan de Garay, su ilustre fundador: consistía en el mismo escudo español, alternando en él las cinco llagas de Nuestro Señor Jesucristo. Se ignora cuál fue el motivo de la colocación de las mismas; tal vez simbolice la redención que la Fe de Cristo trajo a los habitantes de la zona.
Primer Período de Independencia.
La Provincia de Santa Fe tuvo su escudo desde los primeros días de la independencia, habiendo sido creado después de la sublevación de Mariano Vera y Estanislao López contra las tropas del Directorio que, por ese entonces, ocupaban la ciudad.
El hecho ocurrió en marzo del 1816.
Un mes después, el Gobernador Vera mandó hacer el primer sello de la Provincia, que comenzó a utilizarse en todos los documentos a partir del citado año.
El emblema era sencillo y hermoso: dos flechas cruzadas, en forma de Cruz de San Andrés, simbolizando, - según el Dr. José María Funes -, al indio, que fuera antes señor de estas tierras. Sobre ellas, vencedora, la lanza de los Blandengues. Se completaba con el texto "Provincia de Santa Fe", que lo rodeaba, y una rosetita de cuatro hojas en la base.


LUCHAS CIVILES Y CONFEDERACIÓN ARGENTINA.
Con el paso del tiempo hubo otros escudos; en 1822 se creó uno muy original: un sable y una tercerola suplantaban las flechas del indio; la lanza que las cruza estaba sostenida por un caballero con yelmo, coraza, y espadín al cinto. Además, se incluían un yacaré, una laguna, pájaros, un león rampante y cuatro estrellas, que, según Funes, representaban a los primeros departamentos en que se dividía nuestra provincia: La Capital, Rosario, San José del Rincón y Coronda. Una leyenda "Provincia Invencible de Santa Fe de la Vera Cruz", seis banderas y el sol naciente completaban el escudo.
Oganización Constitucional.
En 1853 la Nación está organizada, y tiene su Constitución. La Provincia continúa usando su escudo.

SUPRESIÓN DEL EMBLEMA SANTAFESINO.
Después de la batalla de Pavón, con el triunfo de Mitre, se producen cambios, imperando en la República el espíritu unitario. Y es durante la administración de Patricio Cullen que comienza a usarse un escudo con elementos tomados del Provincial y del Nacional, al incorporar dos flechas entre las manos entrelazadas. De ahí a su desaparición definitiva habría un paso. en 1865 el Gobernador Nicasio Oroño propuso que nuestra Provincia adoptara el escudo de la Nación.



Simón de Iriondo, su tradicional adversario, se opuso al proyecto en la Cámara de Representantes con el fundamento de que ese escudo era el símbolo de la soberanía provincial y uno de sus antecedentes más gloriosos. Juan del Campillo manifestó que el propósito del gobierno era lograr la pacificación de los espíritus.Se aprobó, entonces, el proyecto de ley que fue promulgado por el Poder Ejecutivo, no pudiéndose usar otro escudo que el nacional en los despachos oficiales.

ANARQUÍA EN LA HERÁLDICA.
La supresión de los antiguos símbolos desagradó a la opinión pública, siendo uno de los desaciertos que desprestigiaron al Gobernador Oroño, y provocaron una gran resistencia.


Durante la administración aludida existió un caos en materia de heráldica, utilizando cada jefe de repartición el membrete o sello que más le complacía, sin que el Ejecutivo pareciera preocuparse por el cumplimiento de la ley pertinente. Así continúan las circunstancias hasta el derrocamiento de Oroño.

NUEVOS DEPARTAMENTOS.
Pasado el tiempo se vuelve a la idea original: óvalo cortado horizontalmente, con esmalte azul en la parte superior y plata (blanco) en la inferior. En el centro se destacan las flechas cruzadas en forma de Cruz de San Andrés -que, según el Dr. José María Funes significaban la derrota del aborigen-, atravesadas de abajo hacia arriba por una lanza.

Entre las lanzas y las flechas entrelazadas debían colocarse diecinueve estrellas en oro, representando los departamentos en que se divide la Provincia, que se adoptó el 29 de junio de 1937.
Colaboración Especial: Prof. Catalina Pistone.

SANTA FE O SANTA FE DE LA VERA CRUZ:
UNA INVESTIGACION SOBRE EL REAL NOMBRE DE NUESTRA CIUDAD.
Santa Fe, la primitiva ciudad, nació hace 425 años como fruto de la visión progresista de Juan de Garay, su fundador, que quería "abrir puertas a la tierra" como vía de comunicación marítima entre el Perú, Asunción y España.
Esta idea fundacional era una aspiración de gobernantes anteriores a Garay como lo fue el Oidor Matienzo, con la diferencia que éste deseaba fundar una ciudad en el camino del Tucumán hacia Sancti Spíritus o el Fuerte de Gaboto, para tener comunicación directa con España y dar salida a los productos del Perú y del Alto Perú. Pero quien concretó la premisa de "abrir puertas a la tierra" fue Juan de Garay. Su intención fue fundar pueblo y puerto para que tengan "conversación", es decir salida al mar, los abastos de Asunción, que según se decía ese Puerto se hallaba abarrotado de mercaderías. Con ello se abría la ruta comercial al Perú, Tucumán, Chile y Paraguay.
La vía comercial hasta ese momento (1572/73) era la de Panamá y Nombre de Dios, y de nada valía acumular oro y plata en el Perú para llevarlos a España si cuando se hacía esa travesía se corría con el riesgo de sucumbir en el camino por efectos de las fiebres palúdicas, que hacían sentir su virulencia en el Istmo de Panamá.
Por ello, la visión geopolítica de Juan de Garay fue fundar en la zona paranaense, pueblo y puerto como lo fue el de Santa Fe para que fuese puerto preciso, puerto obligado para el pago de los impuestos de las mercaderías transportadas, privilegio que subsistió hasta 1780 en que el Virrey Vértiz hizo quita de ese privilegio, erigiendo a Buenos Aires en puerto de cabotaje y de ultramar, origen de todas las disensiones económicas.
Pero vayamos al principio de la historia:
El 14 de abril de 1573 zarpó una flotilla compuesta de un bergatín y seis canoas henchidas a manera de barcas, y provistas de pólvora, arcabuces, un verso, cotas, picos y morriones, pobladas por 80 hombres entre los "bien mancebos", los criollos de la tierra, y unos 7 españoles, quienes iban acompañando la carabela que conducía de vuelta a España al ex gobernador de Asunción, Felipe de Cáceres. Todos acortaban distancias, unos por la costa del río, llevando el ganado necesario, y otros por agua. Hallaron el lugar apropiado en la tierra de Calchines y Mocoretaes.
En ese sitio dejó Garay a su gente y él marchó con un puñado de hombres a empadronar indios para darlos a los pobladores en encomiendas. Así fue que al llegar a las proximidades de la laguna de Coronda, cerca del Fuerte de Gaboto (era el 19 de septiembre) encontró gente de Jerónimo Luis de Cabrera que lo salvó de un ataque indígena. Cabrera había fundado junto al río Suquía la ciudad de Córdoba, el 6 de junio de 1573, y buscaba una salida al mar. Fue así que fundó en ese lugar el Puerto llamado de San Luis, que tuvo poca vigencia.
La gente de Cabrera decía que esa zona pertenecía a la Gobernación del Tucumán, y los de Garay, a la Gobernación del Paraguay. Por ello Juan de Garay se apresuró a volver sobre sus pasos donde había dejado a sus gente y funda en el sitio, actual Cayastá, la ciudad de Santa Fe, el 15 de noviembre de 1573. Garay, no conforme con el sitio, a pesar de ser alto por los albardones dejó establecido en el Acta Fundacional que cuando sea necesario cambiar de sitio la ciudad se haga con el acuerdo del Cabildo. Respecto del litigio, la Real Audiencia de Charcas resolvió a favor de Garay, por pertenecer esa región a la gobernación del Paraguay.
Santa Fe, nombre sencillo y sin aditamentos, nombre pensado por Garay en recuerdo, tal vez, en los Reyes Católicos, quienes al dar el nombre a la villa que levantar frente a Granada gobernada por Boabdil, el último de los musulmanes de España, en la época del asedio y próximo a su conquista, quisieron exaltar su "Santa Fe Católica', frente a los adoradores de la Media Luna.
El Dr. Agustín Zapata Gollán supone el nombre de Santa Fe por una santa francesa, llamada Foy (Fe), que se veneraba en la iglesia de Conques (Francia) a lo largo de España por el camino de Santiago de Compostela. A este respecto, el Dr. José Pérez Martín manifestó que él hizo el recorrido de los peregrinos desde Francia a Santiago y no halló en su tránsito ninguna iglesia u oratorio dedicado a Sancte Foy.
Nosotros hemos encontrado, estando de visita en Niza (al sur de la Provenza francesa), una iglesia llamada Foy, y al indagar sobre el origen del nombre se nos contestó que es debido a una de las tres virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad.
Creemos que ni la santa francesa ni la virtud teologal estuvieron en el ánimo de los Reyes Católicos, y menos aún de Juan de Garay, al utilizar un nombre (Sancte Foy) para nominar a la ciudad recién fundada. Muchos fueron los conquistadores que evocaron nombres de los lejanos pueblos y regiones de España, y Juan de Garay, al darle a la nueva ciudad el suyo, debió ver en ella la Santa Fe de Granada, el punto de apoyo para afianzar la futura conquista con la refundación del puerto de Buenos Aires.
Aquel 15 de noviembre era domingo y al enarbolar el pendón real (que representaba en ese momento al rey) junto al tronco de árbol que simbolizaba el rollo de la Justicia. Juan de Garay cortó hierbas, dio mandobles en el aire con su espada y rayó la tierra en señal de dominio, tomando posesión en nombre del rey, mientras el Escribano Pedro de Espinosa daba fe del establecimiento de la ciudad, a la que se le asignaban los límites jurisdiccionales que comprendían las actuales provincias de Santa Fe, Entre Ríos, parte de Corrientes, de Brasil y del Uruguay, y nombraba, asimismo, las primeras autoridades del Cabildo.
Había delineado Juan de Garay la planta urbana a "regla y cordel" y repartido la tierra entre los pobladores, asignándoles solares para las casas de los vecinos y las cuadras para quintas y dehezas, además de chacras y estancias, según el "pergamino" que tenía hecho de antemano. Y colocó bajo la advocación de "Todos los Santos" a la Iglesia Mayor.
La primera niña que nació "viniendo a estas conquistas" fue Isabel González, cuya madre vino en la escuadra de Ortiz de Zárate, ese mismo año de 1573. Ella fue la primera mujer santafesina, que con el correr de los años será la madre del Licenciado y Cura de Naturales, Antonio Tomás de Santuchos, de acuerdo con sus propias declaraciones.
Al estudiar detenidamente las Actas Capitulares de Santa Fe nos encontramos con que desde el 2 de mayo de 1575 hasta el 22 junio de 1576, anota el Escribano de Cabildo: "En la ciudad de Santa Fe de estas provincias de la Nueva Vizcaya"; y en 1577, desde el 17 de octubre hasta el 13 de diciembre, dice: "En la ciudad de Santa Fe del Río de la Plata nuevamente intitulada de la Nueva Vizcaya". Esta denominación es atribuible, naturalmente, a un vizcaíno. Debemos recordar que el Adelantado Juan Ortíz de Zárate lo era y bien pudo sugerir que a estas tierras se las denominara "de la Nueva Vizcaya".
Con el aditamento de Santa Fe de Luyando aparece del 21 de octubre de 1576 hasta el 15 de marzo de 1577, y reaparece el 21 de mayo y el 17 de junio de 1578. Suponemos que ello fuera idea del Gobernador Diego Ortíz de Zárate Mendieta, sobrino del Adelantado, que gobernó en ausencia del tío entre los años 1576 y 1577. Cuando retomó al cargo el Tte. Gobernador Juan de Garay, puso las cosas en su lugar, llamándola a Santa Fe por su nombre, y al estuario, Río de la Plata.
Tanto los nombres "de la Nueva Vizcaya" y "Santa Fe de Luyando" fueron efímeros y al poco tiempo nadie los recordaría.
La vida en Santa Fe, en los primeros años, fue dura y precaria; la principal preocupación fueron la provisión de víveres necesarios par la subsistencia. La moneda principal era el lienzo de algodón, a falta de la de metal, que se llamó "moneda de la tierra" y sirvió como patrón para tasar todos los materiales y obras artesanales de distintas especies y facturas.
La falta de riqueza minera hizo que la conquista del Río de la Plata se fundamentara en una aspiración aún no lograda por la corona española: una colonización basada en ideales misionales. Esto, si bien es cierto que fue un sentimiento renovador para los indígenas encomendados, no logró un progreso material brillante, como lo fue en Nueva España y Perú., donde los hechos se sucedieron con mayor prontitud que la legislación destinada a orientarlos. Este sistema de evangelización dio una fisonomía propia a la conquista rioplatense. Con la aparición de diversas órdenes religiosas, en especial la de la Compañía de Jesús, la labor orgánica misional planificada dio por resultado un campo donde desarrollarse eficientemente.
Ochenta años duró la ciudad en el sitio viejo, en Cayastá. Los intereses comerciales, en primer término, el avance del río y los ataques continuados de los indios, motivaron el traslado. Y basados en el Acta de Fundación, donde Juan de Garay dejó planteada dicha posibilidad, pues el lugar que había elegido para la ciudad no era de su total convencimiento, como ya dijimos, Santa Fe se mudó a su actual emplazamiento, en el Rincón de la Estancia de don Juan de Lencinas, en el "Pago de la Vera Cruz".
Hay varias versiones respecto del nombre "de la Vera Cruz". Unos autores se basan en el hecho de que estando Juan de Garay empadronando indios, en 1573, halló en un árbol "un frasquillo y un Cruz" de la gente del gobernador de Santiago del Estero, Juan Gregorio Bazán, que los había dejado en 1568 cuando hacían el cruce entre Asunción y Santiago del Estero, "camino del Malabrigo". Pero el Malabrigo no es el pago de la Vera Cruz. Ahí está el error. De todos modos, esta Cruz de madera, si se quiere algo rústica, la conservó por muchísimos años la Familia Lapalma de Entre Ríos, y fue donada al Arzobispado de Santa Fe. Está enmarcada en un fondo de terciopelo rojo y es custodiada celosamente en el arzobispado santafesino.
Otros, como el Dr. Federico Guillermo Cervera, sostuvieron que la sesión capitular del 12 de abril de 1651 coincide con la celebración de la Semana Santa, por lo que él supone se impuso al nuevo sitio para trasladar a la ciudad el nombre de "Vera Cruz" en homenaje al Viernes Santo que corresponde a la exaltación de la Santa Cruz. De haber sido así, el lugar debió llamarse Santa Fe la Santa Cruz y no la Vera Cruz, que significa "la verdadera Cruz".
Yo sostengo que ese 12 de abril de 1651, día de reunión del Cabildo, sirvió para fijar 20 días a partir de ese momento para que la gente de campanillas, clérigos, alcaldes y capitanes, además de vecinos, se trasladaran al sitio nuevo para medirlo, y así llegaron al rincón de Juan de Lencinas, el 2 de mayo. Al día siguiente, 3 de mayo -día de la Santa Cruz- todo quedó listo y terminado porque era un día venerable y sirvió para denominar o bautizar a la nueva ciudad, llamándola Santa Fe de la Vera Cruz (Cfr. FERNANDEZ DIAZ, Augusto, Juan de Garay, su vida y su muerte, p. 488/489).
Lo cierto es que hasta ahora no son más que teorías las que se han barajado en torno del nombre de "la Vera Cruz". Aún lo cubre un velo de misterio.
La mudanza fue larga y costosa. Diez años estuvieron los vecinos para trasladarse (1550-1560). Reacios al principio y convencidos luego, comenzaron el éxodo y poco a poco se fueron instalando en la nueva urbe, de tal modo que ninguno perdió sus derechos y a cada cual se le dio la tierra necesaria, igual a la que poseía en la ciudad vieja, y hasta en el repartimiento se les señaló la misma ubicación. El Cabildo se instaló el 3 de abril de 1660.
Santa Fe la Vieja quedará allá en Cayastá, hasta hace poco cubierta por la tierra y la espesura, "con el puñal del árbol -al decir del poeta- clavado en el pecho".
Dormida estuvo Santa Fe la Vieja, esperando que el pico y la azada de D. Agustín Zapata Gollán la exhumaran en 1949 y volver a murmurar, entre el viento y las sombras, el arrullo de las aguas del San Javier, su nombre glorioso de ser la primera ciudad hispanoamericana fundada en el Río de la Plata, por el gran vizcaíno, Juan de Garay.

CATALINA PISTONE
Profesora Catalina Pistone. Santafesina. Ha sido Directora del Archivo General de la Provincia de Santa Fe hasta su jubilación, en 1991. Es Presidenta de la Junta Provincial de Estudios Históricos desde 1989 hasta fin de siglo. Fue designada Académica Correspondiente por Santa Fe de la Academia Nacional Correspondiente por Santa Fe de la Academia Nacional de la Historia (12.03.1991).
Ha recibido primeros premios en el orden nacional, provincial y municipal. Posee 35 libros y folletos, y más de 250 artículos periodísticos. Ha dictado conferencias, interviniendo en mesas redondas, paneles, audiciones radiales y televisivas.
Ha sido profesora del Seminario de Investigación del ciclo superior de la carrera de Historia de la Universidad Católica de Santa Fe.
Entre 1992-1993 fue designada "Mujer Internacional del Año" del Centro Internacional de Cambridge, Inglaterra, por sus aportes a la historia santafesina.


UNICA Y SUPUESTA PINTURA DE JUAN DE GARAY
Debemos aclarar que éste es el supuesto retrato de Juan de Garay, perteneciente a una colección particular, ya que desde hace muchísimos años se ha planteado un debate sobre la veracidad de que esta pintura realmente pertenezca al fundador de nuestra ciudad, por carecer de firma y escuela.
Además se desconocen datos y precisiones, ya que cuando Garay descubrió estas tierras no había ni venía con él ningún pintor y se especula que pudo ser retratado en Lima, Perú, durante un viaje que realizó. Aunque la discusión contempla que el retratado podría ser Hernando Arias de Saavedra, lo que sí es original es la firma que incluimos de Juan de Garay.
Agradecemos la valiosísima colaboración del Archivo Gral. de la Provincia, a través de su directora Prof. Ana María Cecchini de Dallo.







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