Entre Rios - Valle Maria Historia
Los Comienzos de los Alemanes en Rusia
Mucho antes de la planificada colonización de campesinos alemanes en Rusia, ya se habían radicado alemanes.
En la edad media se asentaron en el norte de Rusia (Nowogorod) comerciantes del norte de Alemania, de Hannover y Hamburgo, de la "Hanse Alemana" (unión de comerciantes). Bajo la regencia de Iván "el terrible" (1533 - 1584) fueron traídos especialistas a Rusia (artesanos, constructores, arquitectos, médicos, oficiales, entre otros), formándose una ciudad suburbana alemana como (njemezkaba sloboda) en la que gustaba estar de noño, pedro "el grande" (1682 - 1725).
Fue pedro "el grande" quien comenzó el proceso de la europeización en Rusia, atrayendo a muchos alemanes a su entorno. Sus descendientes ocuparon asimismo alemanes en puestos de responsabilidad en diplomacia, administración y en el ejercito. En las grandes ciudades como Moscú, san Petersburgo y Odessa existían comunidades alemanas con sus propias iglesias y colegios ejemplares.
Muy diferente fue la situación de las comunidades colonizadoras campesinas.
Colonización planificada de alemanes bajo la regencia de Catalina II
Mucho antes de la planificada colonización de campesinos alemanes en Rusia, ya se habían radicado alemanes.
En la edad media se asentaron en el norte de Rusia (Nowogorod) comerciantes del norte de Alemania, de Hannover y Hamburgo, de la "Hanse Alemana" (unión de comerciantes). Bajo la regencia de Iván "el terrible" (1533 - 1584) fueron traídos especialistas a Rusia (artesanos, constructores, arquitectos, médicos, oficiales, entre otros), formándose una ciudad suburbana alemana como (njemezkaba sloboda) en la que gustaba estar de noño, pedro "el grande" (1682 - 1725).
Fue pedro "el grande" quien comenzó el proceso de la europeización en Rusia, atrayendo a muchos alemanes a su entorno. Sus descendientes ocuparon asimismo alemanes en puestos de responsabilidad en diplomacia, administración y en el ejercito. En las grandes ciudades como Moscú, san Petersburgo y Odessa existían comunidades alemanas con sus propias iglesias y colegios ejemplares.
Muy diferente fue la situación de las comunidades colonizadoras campesinas.
Colonización planificada de alemanes bajo la regencia de Catalina II
Rusia contaba con enormes franjas de tierra fértil, despoblada y sin utilizar. Además, las guerras con Turquía a fines de siglo XVIII, extendieron enormemente el territorio ruso en el sur de Ucrania que apenas estaba habitado.
Para conseguir nuevos ingresos a la corona Catalina II promulgo un manifiesto el 22 de julio de 1763, en el cual se invitaba a todos los extranjeros dispuestos a ello a radicarse en Rusia. Los principales puntos del manifiesto decían: |
1) Permitimos nosotros a todos los extranjeros que lleguen a nuestro reino a radicarse donde mas les guste, en todos los distritos, donde cada uno prefiera.
2) Permitimos nosotros a los extranjeros que lleguen seguir sin impedimentos, libremente su religión, según sus costumbres y ritos.
3) Ninguno de los colonizadores extranjeros que hayan llegado a Rusia deberán hacer ni la misma contribución a nuestra casa, ni serán obligados a prestar ni simples ni extraordinarios servicios. (El que se radicaba en zonas deshabitadas gozaba de 30 años libres, en otras regiones se concedían de 4 a 10 años)
4) Aquellos extranjeros colonizadores que lleguen a Rusia no pueden ser obligados, contra su voluntad a prestar servicio militar o civil en todo el tiempo de su estadía.
Referente a la propiedad del campo y disposiciones del país, fueron de primordial importancia para la futura evolución de los colonizadores las siguientes normas complementarias:
1 - Todas las tierras se entregaban a las comunidades "para siempre". Como propiedad inviolable y hereditaria, pero no como propiedad individual, sino como bien de la comunidad.
2 - Estas tierras no podían venderse ni cederse sin conocimiento y la voluntad de la autoridad (administración comunal).
3 - Para mejorar y ampliar sus economías les era permitido a los colonos comprar tierras a personas privadas ( en resumidas cuentas: para conseguir una propiedad privada).
4 - Las tierras cedidas por la corona, heredaba generalmente el hijo varón menor (minoridad). Además, se les permitía a los colonos el derecho de la administración comunal, que dependía directamente de la corona y no de la administración interna zarista.
También es digno de mención que en cualquier momento se podía abandonar el imperio sin impedimentos.
En comparación de los campesinos de Alemania y Rusia, los colonizadores eran libres y no siervos.
El manifiesto de Alejandro I del 20 de febrero de 1804, ponía énfasis en atraer "inmigrantes" que podían servir de ejemplo agropecuario como buenos granjeros, viñateros, con conocimiento en plantaciones de moreras y otros árboles frutales, prácticos en la cría de ganado, pero sobre todo en el cuidado y cría de las mejores razas de ovejas; en fin, que tuviesen los mejores conocimientos para implantar una racional economía agropecuaria. En el así llamado "privilegio de gracia" de Paul I del 6 de septiembre de 1800, a los menonitas se les concedía el privilegio de librarlos para siempre de servicios civiles aun en caso de guerra, así como no jurar ante la justicia y la plena libertad de elegir un trabajo compensatorio.
Razones para emigrar
Los prometidos privilegios de los zares, parecían sumamente tentadores, teniendo en cuenta las situaciones penosas y las carencias, sobre todo en la ciudad de Essen y en el sudoeste de Alemania: la guerra de los 7 años, guerras napoleónicas, ocupación y poderes extranjeros con opresión política y también bajo la tiranía de los propios príncipes, servicios militares y servidumbre para los príncipes y fuerzas extranjeras, (por ejemplo: venta de soldados a América).
Penurias económicas, malas cosechas, años de hambruna, rigurosa y muchas veces injusta administración, obstáculos para la libertad de culto.
2) Permitimos nosotros a los extranjeros que lleguen seguir sin impedimentos, libremente su religión, según sus costumbres y ritos.
3) Ninguno de los colonizadores extranjeros que hayan llegado a Rusia deberán hacer ni la misma contribución a nuestra casa, ni serán obligados a prestar ni simples ni extraordinarios servicios. (El que se radicaba en zonas deshabitadas gozaba de 30 años libres, en otras regiones se concedían de 4 a 10 años)
4) Aquellos extranjeros colonizadores que lleguen a Rusia no pueden ser obligados, contra su voluntad a prestar servicio militar o civil en todo el tiempo de su estadía.
Referente a la propiedad del campo y disposiciones del país, fueron de primordial importancia para la futura evolución de los colonizadores las siguientes normas complementarias:
1 - Todas las tierras se entregaban a las comunidades "para siempre". Como propiedad inviolable y hereditaria, pero no como propiedad individual, sino como bien de la comunidad.
2 - Estas tierras no podían venderse ni cederse sin conocimiento y la voluntad de la autoridad (administración comunal).
3 - Para mejorar y ampliar sus economías les era permitido a los colonos comprar tierras a personas privadas ( en resumidas cuentas: para conseguir una propiedad privada).
4 - Las tierras cedidas por la corona, heredaba generalmente el hijo varón menor (minoridad). Además, se les permitía a los colonos el derecho de la administración comunal, que dependía directamente de la corona y no de la administración interna zarista.
También es digno de mención que en cualquier momento se podía abandonar el imperio sin impedimentos.
En comparación de los campesinos de Alemania y Rusia, los colonizadores eran libres y no siervos.
El manifiesto de Alejandro I del 20 de febrero de 1804, ponía énfasis en atraer "inmigrantes" que podían servir de ejemplo agropecuario como buenos granjeros, viñateros, con conocimiento en plantaciones de moreras y otros árboles frutales, prácticos en la cría de ganado, pero sobre todo en el cuidado y cría de las mejores razas de ovejas; en fin, que tuviesen los mejores conocimientos para implantar una racional economía agropecuaria. En el así llamado "privilegio de gracia" de Paul I del 6 de septiembre de 1800, a los menonitas se les concedía el privilegio de librarlos para siempre de servicios civiles aun en caso de guerra, así como no jurar ante la justicia y la plena libertad de elegir un trabajo compensatorio.
Razones para emigrar
Los prometidos privilegios de los zares, parecían sumamente tentadores, teniendo en cuenta las situaciones penosas y las carencias, sobre todo en la ciudad de Essen y en el sudoeste de Alemania: la guerra de los 7 años, guerras napoleónicas, ocupación y poderes extranjeros con opresión política y también bajo la tiranía de los propios príncipes, servicios militares y servidumbre para los príncipes y fuerzas extranjeras, (por ejemplo: venta de soldados a América).
Penurias económicas, malas cosechas, años de hambruna, rigurosa y muchas veces injusta administración, obstáculos para la libertad de culto.
Rutas migratorias
La gran colonización planificada de agricultores alemanes a Rusia comenzó en 1763 y termino en 1842. Algunas colonizaciones aisladas se establecieron aun hasta 1862.
A raíz del manifiesto de Catalina II comenzó (después de la guerra de los 7 años) una emigración en masa hacia Rusia, sobre todo desde las ciudades de Essen, Renania y Baden Würtemberg. El camino era fatigoso en aquel entonces- no existían trenes ni barcos de vapor- comenzaba por tierra hasta Lübeck y desde esa ciudad hasta san Petersburgo por vía fluvial.
Por caminos de tierra se continuaba hasta Moscú o desde el rió volga hasta Saratov, donde en áreas cerradas se fundaron 104 asentamientos.
La segunda gran emigración fue la de los menonitas desde Danzing - Prusia oriental en 1789 y después en 1803. El camino esta vez pasaba por riga hasta la zona del mar negro: Chortiza y Molotschna
En 1816 hasta 1842 emigra el contingente mas numeroso de Baden Würtenberg. Esa ruta comenzaba en la ciudad de Ulm por el rió Danubio o por tierra, pasando por la meseta de Podolia y Besarabia gasta llegar a la ciudad de Odesa, también por la región crinea y el sur del caucaso. Los colonizadores de la región de Alsacia y Baden del norte llegaron en los años 1809-1810. El trayecto se hacia mayormente por polonia y podolia, predominando la zona de Odesa, donde se fundaron muchas aldeas catolicas.
Los colonizadores, mayormente, les daban los mismos nombres a sus nuevas comunidades que tenían sus aldeas o ciudades dejadas en la patria (por ejemplo: Sttutgart, Karlsruhe, Mannheim, Selz, Tiege, Tiegenhagen, Tonau, Lichtenau, Orloff, Bassel, Darmstadt, Marienthal, Rosenberg, Reinhart, etc.)
Se fundaron 181 colonias en total en la zona del Mar Negro, Besarabia y en el sur del caucaso.
Pasados los cien años de privilegios que Catalina II les había concedido, el zar Alejandro II comenzó en los años 1870 una política de rusificación para con los colonos alemanes, reduciendo su administración propia, imponiendo el idioma ruso, y obligándolos a prestar servicio militar, lo que duraba entre 5 a 7 años, entre otros. Finalmente, en 1876 quedó abrogada totalmente su autonomía.
El pánico cundió entre los colonos, hicieron reuniones y enviaron emisarios, primero a los Estados Unidos de Norteamérica, luego también al Brasil, para estudiar las posibilidades de inmigración en estos países. Los emisarios regresaron al Volga con buenas noticias, a lo que siguieron numerosos grupos de emigrantes, dirigiéndose hacia los mencionados países. Entre tanto, los que ya se habían establecido en el Brasil, pronto se dieron cuenta que este país no reunía las buenas condiciones para el cultivo del trigo. De allí llegó un grupo a Argentina para analizar sus condiciones de clima, de suelo y de inmigración. El Gobierno de este país ya había sido advertido del importante contingente de alemanes del Volga, que se dirigía hacia el Brasil, así como de sus características de buenos agricultores, e hizo todo lo posible para que éste sea llevado a la Argentina, valiéndose para ello de artimañas. No sólo lo logró, sino que muchos de los que se habían establecido ya en el Brasil, llegaron voluntariamente a Argentina, en busca de mejores tierras trigueras.
Los primeros colonos alemanes del Volga llegaron a fines de diciembre de 1877 a Buenos Aires. Pero fue a partir de enero de 1878 en que vinieron grandes y pequeños contingentes, estableciéndose en el centro y sur de la provincia de Buenos Aires y en Entre Ríos.
FUNDACIONES EN LA REPUBLICA ARGENTINA
3 de septiembre de 1877: El Comisario General de Inmigración, de la República Argentina, firma un convenio con Alemanes del Volga que originalmente viajaron a Brasil y luego a Argentina. En este convenio los Alemanes comprometen la llegada de nuevos paisanos, a los cuales el Gobierno Nacional se compromete a entregar campos y manutención por el tiempo necesario para su establecimiento.
19 de septiembre de 1877: El Presidente de la República Argentina, Dr. Nicolás Avellaneda, dirigió al Congreso Nacional el "Manifiesto de Avellaneda", impulsando la ley de colonización que permitió la radicación de miles de extranjeros agricultores.
24 de diciembre de 1877: Desembarcan en el puerto de Buenos Aires las primeras familias provenientes del Volga.
5 de enero de 1878: Fundación de la colonia madre en la República Argentina, que se concretó en la provincia de Buenos Aires y fue bautizada con el nombre de Hinojo.
20 de enero de 1878: Fundación de la Colonia General Alvear (Pcia. de Entre Ríos).
1878: Fundación de las Colonias Valle María (también llamada Mariental), Campo María (actualmente Spatzenkutter), Salto (conocida también como Santa Cruz), San Francisco y la Aldea Protestante, todas ellas en el Departamento de Diamante en la Provincia de Entre Ríos.
La segunda gran emigración fue la de los menonitas desde Danzing - Prusia oriental en 1789 y después en 1803. El camino esta vez pasaba por riga hasta la zona del mar negro: Chortiza y Molotschna
En 1816 hasta 1842 emigra el contingente mas numeroso de Baden Würtenberg. Esa ruta comenzaba en la ciudad de Ulm por el rió Danubio o por tierra, pasando por la meseta de Podolia y Besarabia gasta llegar a la ciudad de Odesa, también por la región crinea y el sur del caucaso. Los colonizadores de la región de Alsacia y Baden del norte llegaron en los años 1809-1810. El trayecto se hacia mayormente por polonia y podolia, predominando la zona de Odesa, donde se fundaron muchas aldeas catolicas.
Los colonizadores, mayormente, les daban los mismos nombres a sus nuevas comunidades que tenían sus aldeas o ciudades dejadas en la patria (por ejemplo: Sttutgart, Karlsruhe, Mannheim, Selz, Tiege, Tiegenhagen, Tonau, Lichtenau, Orloff, Bassel, Darmstadt, Marienthal, Rosenberg, Reinhart, etc.)
Se fundaron 181 colonias en total en la zona del Mar Negro, Besarabia y en el sur del caucaso.
Pasados los cien años de privilegios que Catalina II les había concedido, el zar Alejandro II comenzó en los años 1870 una política de rusificación para con los colonos alemanes, reduciendo su administración propia, imponiendo el idioma ruso, y obligándolos a prestar servicio militar, lo que duraba entre 5 a 7 años, entre otros. Finalmente, en 1876 quedó abrogada totalmente su autonomía.
El pánico cundió entre los colonos, hicieron reuniones y enviaron emisarios, primero a los Estados Unidos de Norteamérica, luego también al Brasil, para estudiar las posibilidades de inmigración en estos países. Los emisarios regresaron al Volga con buenas noticias, a lo que siguieron numerosos grupos de emigrantes, dirigiéndose hacia los mencionados países. Entre tanto, los que ya se habían establecido en el Brasil, pronto se dieron cuenta que este país no reunía las buenas condiciones para el cultivo del trigo. De allí llegó un grupo a Argentina para analizar sus condiciones de clima, de suelo y de inmigración. El Gobierno de este país ya había sido advertido del importante contingente de alemanes del Volga, que se dirigía hacia el Brasil, así como de sus características de buenos agricultores, e hizo todo lo posible para que éste sea llevado a la Argentina, valiéndose para ello de artimañas. No sólo lo logró, sino que muchos de los que se habían establecido ya en el Brasil, llegaron voluntariamente a Argentina, en busca de mejores tierras trigueras.
Los primeros colonos alemanes del Volga llegaron a fines de diciembre de 1877 a Buenos Aires. Pero fue a partir de enero de 1878 en que vinieron grandes y pequeños contingentes, estableciéndose en el centro y sur de la provincia de Buenos Aires y en Entre Ríos.
FUNDACIONES EN LA REPUBLICA ARGENTINA
3 de septiembre de 1877: El Comisario General de Inmigración, de la República Argentina, firma un convenio con Alemanes del Volga que originalmente viajaron a Brasil y luego a Argentina. En este convenio los Alemanes comprometen la llegada de nuevos paisanos, a los cuales el Gobierno Nacional se compromete a entregar campos y manutención por el tiempo necesario para su establecimiento.
19 de septiembre de 1877: El Presidente de la República Argentina, Dr. Nicolás Avellaneda, dirigió al Congreso Nacional el "Manifiesto de Avellaneda", impulsando la ley de colonización que permitió la radicación de miles de extranjeros agricultores.
24 de diciembre de 1877: Desembarcan en el puerto de Buenos Aires las primeras familias provenientes del Volga.
5 de enero de 1878: Fundación de la colonia madre en la República Argentina, que se concretó en la provincia de Buenos Aires y fue bautizada con el nombre de Hinojo.
20 de enero de 1878: Fundación de la Colonia General Alvear (Pcia. de Entre Ríos).
1878: Fundación de las Colonias Valle María (también llamada Mariental), Campo María (actualmente Spatzenkutter), Salto (conocida también como Santa Cruz), San Francisco y la Aldea Protestante, todas ellas en el Departamento de Diamante en la Provincia de Entre Ríos.
1879: Fundación de la Aldea Brasilera (Dto. Diamante, Pcia. de Entre Ríos).
1880: Fundación de la Colonia Santafesina (Dto. Diamante, Pcia. de Entre Ríos).
1886: Fundación de la Aldea Merou y Santa María (Dto. Paraná, Pcia. de Entre Ríos).
3 de octubre de 1886: Fundación de la Colonia Uno (actualmente Colonia Santa Trinidad) en el Partido de Coronel Suárez (Pcia. de Buenos Aires).
1887: Fundación de la Aldea Santa Luisa (Dto. Paraná, Pcia. de Entre Ríos).
5 de abril de 1887: Fundación de la Colonia Dos (actualmente Colonia San José) en el Partido de Coronel Suárez (Pcia. de Buenos Aires).
11 de mayo de 1887: Fundación de la Colonia Tres (actualmente Colonia Santa María) en el Partido de Coronel Suárez (Pcia. de Buenos Aires).
1889: Fundación de la Colonia San José a un kilómetro de la estación Crespo del que fuera el Ferrocarril Urquiza. Muy pronto la Colonia absorbió la estación, cambiando el nombre por Crespo.
1893: Fundación de las Colonias San Rafael, Santa Rosa, Eigenfeld y San Juan (Pcia. de Entre Ríos).
1899: Fundación de la Colonia San Miguel (Pcia. de Entre Ríos).
14 de julio de 1900: Fundación de la Colonia Santa Anita (Dto. Concepción del Uruguay, Pcia. de Entre Ríos).
1903: Fundación de la Colonia San Miguel Arcángel (Pcia. de Buenos Aires).
Febrero de 1909: Fundación de la Colonia Santa María (Pcia. de La Pampa).
1909: Fundación de la Colonia San José (Pcia. de La Pampa).
20 de Noviembre de 1910: Fundación de la Colonia Santa María (Pcia. de La Pampa).
1911: Fundación de la Colonia Alpachiri (Pcia. de La Pampa).
1921: Fundación de la Colonia Santa Teresa (Pcia. de La Pampa).
BUENOS AIRES
Colonia Hinojo (Provincia de Buenos Aires): Fundada el 5 de enero de 1878 en el partido de Olavarría, por las primeras ocho familias y tres solteros llegados al país en diciembre de 1877.
Colonia Nievas, fundada por 20 familias, en las inmediaciones de Hinojo.
San Miguel, fundada en 1881, también en las inmediaciones de Hinojo.
Junto a Coronel Suárez se fundaron tres colonias: Santa Trinidad, San José y Santa María. Cerca de Gascón se fundó la colonia San Miguel Arcángel.
ENTRE RÍOSLa fundación común de las cinco aldeas en la Colonia Gral Alvear del Departamento Diamante se produjo el 21 de Julio de 1.878. Cada grupo fundador ya había elegido el lugar para el asentamiento de su población. Las aldeas todas, menos Spatzenkutter, están ubicadas, por comprensibles razones, cercanas a un arroyo y bien distribuidas dentro del territorio de la colonia. Valle María o Marienthal se ubico a elección de Don Pedro Zalzmann, integrante del grupo, en la chacra número 202 de la colonia, en una prolongada pendiente, cuyo extremo sur termina cercano al arroyo Crespo. Valle María fue siempre la aldea mas populosa de la colonia Gral Alvear y conocida como "aldea Madre".En ella los inmigrantes levantaron la primera cruz para rendirle culto a Dios. En el año 1.883 los sacerdotes de la Orden de los Jesuitas que atendieron la feligresía de las seis aldeas, establecieron la Parroquia en Valle María, en donde está ahora pero desde 1.892 a cargo de sacerdotes de la Sociedad del Verbo Divino. Aldea Protestante: el grupo de confesión protestante, que según el pastor Riffell se componía de algo mas de 20 familias, asentó su aldea en la Chacra Nº 112, simplemente con el nombre de Protestante. El arroyo Perdices la surca en su parte este de norta a sur y ambas márgenes se levantan hoy hermosas casas y frondosos árboles que ofrecen un hermoso paisaje que se semeja a una diminuta Venecia. Aldea Spatzenkutter: llamada Marienfeld en Rusia o Campo María. Los fundadores de Spatzenkutter ubicaron su aldea en la chacra Nº 167. A propuesta de un caracterizado integrante del grupo, Don Andrés Keiner. En su cercanía había un viejo edificio que ocupaba el Juzgado de Paz de campaña en aquellos año. Según testimonios tradicionales esta aldea contó con el primer cementerio de la colonia. Aldea San Francisco: aldea fundada a iniciativa de Don Juan Gotig en la chacra Nº338 a orillas del arroyo Arañas, de caprichoso curso y llamativa topografía en los terrenos circundantes. Aldea Santa Cruz: nosotros dijo Don Pedro Gareis, destacado integrante del grupo, "Nosotros fundamos aquí a nuestra aldea con igual nombre que tenía en Rusia: Santa Cruz bajo el patrocinio de San Miguel". Se ubicaron en la chacra Nº 78 en cercanía del arroyo del Salto, arroyo que fija el limite norte de la Colonía Gral Alvear. Los habitantes nativos dela zona, la llaman simplemente Salto y con ese nombre hoy se la conoce. Por razones que se desconocen, la población al cabo de cierto tiempo, cambió de ubicación. La aldea Santa Cruz tomó asiento definitivo a unos 3 km al sur en un prolongado valle entre dos suaves colinas y su seudo nombre se fue con ella. Cuando se hizo ese cambio de ubicación algunas de sus familias se ubicaron en Brasilera, que entonces ya estaba fundada. Aldea Brasilera: el grupo de familias fundadoras de Aldea Brasilera componía parte de los primeros inmigrantes de alemanes del volga llegados al Brasil. Allí ya afincados libraban tierras para la agricultura que no eran muy aptas para la explotación cerealera y había que ganarla a la selva milenaria a fuerza de hachas y machetes. Además plagadas de molestos insectos, alimañas y reptiles. Con ese estado de ánimo y enterados por paisanos emisarios de la bondad de las tierras y el clima de la Argentina, procuraron por todos los medios llegar a la Provincia de Entre Ríos, mas precisamente a la Colonia Gral Alvear en donde las aldeas allí establecidas eran su especial objetivo y atracción. En el año 1.878 salieron de Porto Alegre (Brasil) con carretas alquiladas. Cuando llegaron a la frontera con la República Oriental del Uruguay los esperaban diligencias fletadas por el gobierno argentino. Despues de su encuentro con paisanos de la Colonia Gral Alvear y haberse contactado con el señor administrador de la colonia, el mayor R Samuel Navarro, se establecieron a fines de octubre de 1.879, en el sobrante "F" de la colonia cercano al arroyo del Salto con precarias viviendas, sin trazados de calles y lotes, lo que dió a entender que no era el asiento definitivo de su población. Entre los años 1.881 y 1.882 siendo Gdor de la Provincia el Cnel Francisco Antelo, les fue cedida la chacra Nº 224, contigua al sobrante "F" y tuvieron allí el definitivo asiento de su aldea que llamaron Brasilera en homenaje al Brasil por la hospitalidad que les dieron al pisar sus tierras y por las ayudas y atenciones recibidas en su estadía. Treinta y un familias componían el grupo fundador. La aldea venera a "San José " como patrono y protector. Pobladores de las seis primeras aldeas y grupos familiares de las posteriores migraciones del volga, se internaron en el territorio de la provincia en busca de campos aptos para la explotación agrícola. Estos emprendimientos originaron las fundaciones de las aldeas y colonias siguientes: En el departamento Paraná, un grupo de colonos compuesto por numerosas familias, compró a un kilómetro de la estación Crespo del ferrocarril Gral Urquiza, alrededor de 6.000 Ha al señor Ignacio Crespo y fundaron la aldea "San José". La estación se convirtió con el tiempo en villa y hoy Crespo es una floreciente y pujante ciudad y la aldea es parte de su conjunto. Colonos provenientes de Brasilera y Spatzenkutter fundaron aldea Maria Luisa a 20 km al sur de la ciudad de Paraná comprando 1.000 Ha al Señor Fabián Auli en el año 1.885. Un grupo de colonos en el año 1.887 adquirió campos en sociedad cerca de cerrito a unos 60 km al norte de Paraná fundando aldea Santa María. En 1.891 un grupo de colonos que partieron de la colonia alvear desde Protestante fundaron las aldeas San Juan, San Antonio y Santa Celia. En 1.892 en el distrito Sauce Departamento Nogoya se fundan las Colonias La Llave y Esperanza y unos meses mas tarde San Simón. En el año 1.893 en dominios territoriales de los departamentos Paraná y Nogoya, con pocos días de diferencia unas de otras, se fundaron las cinco siguientes aldeas y sus respectivas colonias: San Rafael (Cuestas), Santa Rosa (Arnoldo), Eigenfeld (Colonia Nueva), San Juan (Chaleco) y San Miguel. Un año mas tarde se funda aldea Grapschental, a unos 6 km al este de aldea Salto en la Colonia Alvear, y unos 10 km al sur de esta Aldea Santafecina, que fue fundada por personas que fueron engañadas y llevadas a San Javier en Santa Fe, alli se revelaron ante el engaño y muchos de ellos llegaron a fundar esta colonia. En el año 1.896 se funda a unos 6 km al sur de la ciudad de Crespo Aldea Jacobi. Un año mas tarde la Colonia Centenario cerca de Viale y a unos 15 km al sureste de Crespo la aldea San Miguel. En el departamento Concepción del Uruguay, el Padre Enrique Becher (S.V.D) fundó Aldea Santa Aníta. Este reunió a familias humildes que llegaron del volga con escasos recursos y les suministró los elementos necesarios para construir sus viviendas e iniciarse en la agricultura. La última aldea en fundarse fue San Isidro en el departamento Federal en el año 1.923 a 2 km de la estación ferroviaria de El Cimarrón.
LEY DE INMIGRACIÓN: EL RESULTADO FAVORABLE DE LOS PRIMEROS AÑOS
El 19 de octubre de 1.876 siendo Presidente de la Nación Argentina el Dr Nicolás Avellaneda (1.874 - 1.880) se dictó la ley de inmigración y colonización. Mediante esta norma, se creó el Departamento de Inmigración para contratar pasajes con empresas de navegación, favorecer el ingreso de inmigrantes y asegurar con su estadía y trabajo. Fueron uno de los proyectos centrales de la Organización Nacional: Compensar la baja densidad demográfica del extenso territorio nacional con el flujo de la inmigración. El total de inmigrantes que llegaron al país entre 1.876 y 1.880 fue de 249.586 personas. De ese total el 15 % corresponden a alemanes del volga: 37.437 personas.
El Dr Nicolás Avellaneda, fue el presidente mas joven de la República Argentina, su padre, cuando Nicolás tenía 4 años era gobernador de Tucumán y fue asesinado brutalmente en Metan. Su cabeza fue expuesta en la plaza principal por partidarios opositores. Esto le dio la fortaleza para entender los verdaderos ideales de la patria.
Nuestro país necesitaba de hombres y mujeres que insertaran la producción y para ello había que acudir al nuevo mundo.
Alertado sobre el movimiento que venía a América de los alemanes del Volga, instruye a sus funcionarios a tratar de hacer un convenio especial para esta colectividad.
Avellaneda tuvo que resistir fuertes presiones de la prensa porteña y los partidos opositores ya que el tesoro Nacional solventaba emprendimientos en el interior del país, lo cual no era visto con buenos ojos.
EL 28 DE AGOSTO DE 1941
Como respuesta al ataque sufrido por los soldados alemanes, el dictador soviético José Stalin había dispuesto el 28 de agosto de 1941 la deportación de los así llamados alemanes del Volga a Siberia y a Kasajstán. No eran los únicos. Las deportaciones de distintos grupos de personas eran una costumbre soviética. Comenzaron en 1919. Pero arreciaron con los alemanes del Valga. Junto con ellos, disuelven a tres repúblicas autónomas, separan a familias y a etnias, y los distribuyen en Asia. Destruyen así 180 años de' constructiva labor de colonos alemanes en el bajo Valga. En el siglo XVIII numerosos alemanes habían sido traídos por la zarina Catarina 11 a Rusia para poblar la región del bajo Valga, región poblada escasamente por tribus nómades, e incorporada al imperio ruso hacía relativamente poco tiempo.
Stalin borra de un simple plumazo la existencia de una Republica Soviética con más de un millón de habitantes, segÚn el censo de 1929. Era el grupo más numeroso de una nación condenada al ostracismo. El dictador había tomado estas medidas injustificadas porque creía que estos alemanes étnicos habrían colaborado con la Wehrmacht hitlerista o podrían colaborar con ella. (Cabe consignar que entre la República de los Alemanes del Volga y el frente de guerra al comienzo del conflicto había cerca de 3.000 km de distancia y que la policía secreta del estado era muy eficiente en descubrir conjuras aun donde no las había.)
Durante 17 años los alemanes étnicos habían sido escamoteados: nadie habló de su existencia, nadie sabía nada de ellos. Ellos estaban en sus campamentos de trabajo o vagaban solos por las heladas estepas del Asia central. Fue el canciller alemán, Konrad Adenauer, quien durante su visita a Moscú en 1955 recordó al premier soviético Nikita Khrushchev de la existencia de millones de prisioneros de guerra alemanes y del problema de los alemanes étnicos. .
En su acusador discurso de 1956, el premier Khrushchev nombra a los calmucos, los chechenos-ingushes, los balkares, los kabardinianos y los karajai. Todos fueron rehabilitados y sus territorios reconstituidos por un decreto especial en 1957.
Inexplicablemente Khrushchev omitió denunciar a los alemanes del Valga, a los tártaros de Crimea y a otros como víctil118s de las medidos de deportación. Las repúblicas de los Alemanes del Valga y de los Tártaros de Crimea permanecen abolidas, tan abolidas' como si nunca hubiesen existido. Se cambiaron los nombres de las aldeas y se cambió su población. Solo unos pocos alemanes étnicos viven hoy en día allí donde hasta el 1941 bullía la vida alemana. Los primitivos habitantes han sido reemplazados por miembros de las 52 nacionalidades que hoy viven en Rusia. Las casas y las iglesias descuidadas o destruidas dan cuenta del cataclismo social resultante de la Gran Guerra.
Khrushchev expresó su indignación por la expulsión de sus hogares de los grupos nacionales enumerados diciendo "ningún hombre con sentido común puede comprender como es posible hacer responsable a toda una nación por actos inamistosos, incluyendo a niños, mujeres, ancianos, comunistas y Komsomoles, usar represión masiva contra ellos y exponerlos a la miseria y al sufrimiento por los actos hostiles de personas individuales o de grupos de personas".
En lo que respecta a los alemanes del Valga la expresión acerca de "actos hostiles de personas individuales o de grupos de personas", contiene un elemento difamatorio. Si en realidad algún "grupo" o "individuo" hubiere cometido en tiempos de guerra algún crimen contra el estado, justificando el terrible decreto de deportación, habría recibido una publicidad considerable en la prensa soviética. Sin embargo no existe ningún documento que se refiera a un acto de traición o de sabotaje que haya tenido lugar.
Los deportados fueron transportados lentamente en vagones para el ganado hacia Siberia, Asia Central y el alto Norte, posando el Círculo Polar Ál1ico. Lo alimentación era escasa, ya que debían alimentarse de lo que habían recogido en sus granjas. Los que morían se enterraban a la vera de las vías del tren, cuando el tren se paraba, o eran arrojados fuera de los vagones cuando el tren seguía su marcha por días sin detenerse.
El fin del viaje era un descampado nevado. Allí los desplazados debieron construir sus chozas con los materiales que se encontraban en el lugar y ponerse a trabajar. Bajo vigilancia militar, como asesinos, con alimentación escasa, debían trabajar desde antes del amanecer hasta después de ponerse el sol. Habían sido desplazados de sus hogares y debían trabajar como esclavos hasta morir, sin derecho a réplica ni a queja.
Varios centenares de miles de víctimas inocentes, que no sabían de culpas contra el estado soviético, murieron de una muerte indigna. Las odiadas banderas svásticas hitleristas, encontradas en sus hogares abandonados, no sirven como prueba de un sentimiento de nazismo: esas banderas habían sido repartidas por funcionarios rusos cuando preparaban la visita del tirano nazi al tirano comunista, visita de dos genocidas que no se realizó. En su mayoría los desplazados eran niños, mujeres y ancianos. Los hombres entre los 16 y 40 años estaban en el ejército de trabajo, el ejército Trud, separados de sus familias por centenas o miles de kilómetros y sometidos a trabajos igualmente forzados. Los guardias soviéticos no se hacían problemas por la gran mortandad entre los trabajadores esclavos: los reemplazaban simplemente por otros nuevos. En un genocidio lo que importa es terminar lo antes posible con la vida de las víctimas. Muchas ciudades construidas en esa época se levantaron sobre los despojos de los alemanes étnicos.
Ahora, a 67 años de aquellas medidas injustificadas, los alemanes étnicos en la Federación Rusa solicitan mayor autonomía cultural, el derecho a escuelas con idioma alemán y su reconocimiento como minoría étnica. "Muchos creen que en Rusia existe una ley que rehabilita a los alemanes, pero esto no es así", dice Vladimir Bauer. Después del colapso de la Unión Soviética, cerca de dos millones de alemanes étnicos han emigrado a Alemania y más de un millón reside aún en la Federación Rusa. A 67 años del comienzo del genocidio organizado por Stalin los descendientes de aquellos alemanes étnicos en la ex Unión Soviética sufren las consecuencias. Justo es que nosotros recordemos los sufrimientos de nuestros hermanos de sangre implorando a Dios que conceda la paz a todos sus hijos, para que no se repitan crímenes tan atroces en el ancho y vasto mundo. En Isaías 2.4 leemos: El (Señor) juzgará entre las naciones y será árbitro de muchos pueblos. Convertirán sus espadas en arados y sus lanzas en hoces. No levantará espada nación contra nación y nunca más se adiestrarán para la guerra." Por ello se sugiere realizar, como en otras partes del mundo, ceremonias de recordación del genogidio el domingo 3 de septiembre y todos los domingos inmediatamente posteriores.
Como respuesta al ataque sufrido por los soldados alemanes, el dictador soviético José Stalin había dispuesto el 28 de agosto de 1941 la deportación de los así llamados alemanes del Volga a Siberia y a Kasajstán. No eran los únicos. Las deportaciones de distintos grupos de personas eran una costumbre soviética. Comenzaron en 1919. Pero arreciaron con los alemanes del Valga. Junto con ellos, disuelven a tres repúblicas autónomas, separan a familias y a etnias, y los distribuyen en Asia. Destruyen así 180 años de' constructiva labor de colonos alemanes en el bajo Valga. En el siglo XVIII numerosos alemanes habían sido traídos por la zarina Catarina 11 a Rusia para poblar la región del bajo Valga, región poblada escasamente por tribus nómades, e incorporada al imperio ruso hacía relativamente poco tiempo.
Stalin borra de un simple plumazo la existencia de una Republica Soviética con más de un millón de habitantes, segÚn el censo de 1929. Era el grupo más numeroso de una nación condenada al ostracismo. El dictador había tomado estas medidas injustificadas porque creía que estos alemanes étnicos habrían colaborado con la Wehrmacht hitlerista o podrían colaborar con ella. (Cabe consignar que entre la República de los Alemanes del Volga y el frente de guerra al comienzo del conflicto había cerca de 3.000 km de distancia y que la policía secreta del estado era muy eficiente en descubrir conjuras aun donde no las había.)
Durante 17 años los alemanes étnicos habían sido escamoteados: nadie habló de su existencia, nadie sabía nada de ellos. Ellos estaban en sus campamentos de trabajo o vagaban solos por las heladas estepas del Asia central. Fue el canciller alemán, Konrad Adenauer, quien durante su visita a Moscú en 1955 recordó al premier soviético Nikita Khrushchev de la existencia de millones de prisioneros de guerra alemanes y del problema de los alemanes étnicos. .
En su acusador discurso de 1956, el premier Khrushchev nombra a los calmucos, los chechenos-ingushes, los balkares, los kabardinianos y los karajai. Todos fueron rehabilitados y sus territorios reconstituidos por un decreto especial en 1957.
Inexplicablemente Khrushchev omitió denunciar a los alemanes del Valga, a los tártaros de Crimea y a otros como víctil118s de las medidos de deportación. Las repúblicas de los Alemanes del Valga y de los Tártaros de Crimea permanecen abolidas, tan abolidas' como si nunca hubiesen existido. Se cambiaron los nombres de las aldeas y se cambió su población. Solo unos pocos alemanes étnicos viven hoy en día allí donde hasta el 1941 bullía la vida alemana. Los primitivos habitantes han sido reemplazados por miembros de las 52 nacionalidades que hoy viven en Rusia. Las casas y las iglesias descuidadas o destruidas dan cuenta del cataclismo social resultante de la Gran Guerra.
Khrushchev expresó su indignación por la expulsión de sus hogares de los grupos nacionales enumerados diciendo "ningún hombre con sentido común puede comprender como es posible hacer responsable a toda una nación por actos inamistosos, incluyendo a niños, mujeres, ancianos, comunistas y Komsomoles, usar represión masiva contra ellos y exponerlos a la miseria y al sufrimiento por los actos hostiles de personas individuales o de grupos de personas".
En lo que respecta a los alemanes del Valga la expresión acerca de "actos hostiles de personas individuales o de grupos de personas", contiene un elemento difamatorio. Si en realidad algún "grupo" o "individuo" hubiere cometido en tiempos de guerra algún crimen contra el estado, justificando el terrible decreto de deportación, habría recibido una publicidad considerable en la prensa soviética. Sin embargo no existe ningún documento que se refiera a un acto de traición o de sabotaje que haya tenido lugar.
Los deportados fueron transportados lentamente en vagones para el ganado hacia Siberia, Asia Central y el alto Norte, posando el Círculo Polar Ál1ico. Lo alimentación era escasa, ya que debían alimentarse de lo que habían recogido en sus granjas. Los que morían se enterraban a la vera de las vías del tren, cuando el tren se paraba, o eran arrojados fuera de los vagones cuando el tren seguía su marcha por días sin detenerse.
El fin del viaje era un descampado nevado. Allí los desplazados debieron construir sus chozas con los materiales que se encontraban en el lugar y ponerse a trabajar. Bajo vigilancia militar, como asesinos, con alimentación escasa, debían trabajar desde antes del amanecer hasta después de ponerse el sol. Habían sido desplazados de sus hogares y debían trabajar como esclavos hasta morir, sin derecho a réplica ni a queja.
Varios centenares de miles de víctimas inocentes, que no sabían de culpas contra el estado soviético, murieron de una muerte indigna. Las odiadas banderas svásticas hitleristas, encontradas en sus hogares abandonados, no sirven como prueba de un sentimiento de nazismo: esas banderas habían sido repartidas por funcionarios rusos cuando preparaban la visita del tirano nazi al tirano comunista, visita de dos genocidas que no se realizó. En su mayoría los desplazados eran niños, mujeres y ancianos. Los hombres entre los 16 y 40 años estaban en el ejército de trabajo, el ejército Trud, separados de sus familias por centenas o miles de kilómetros y sometidos a trabajos igualmente forzados. Los guardias soviéticos no se hacían problemas por la gran mortandad entre los trabajadores esclavos: los reemplazaban simplemente por otros nuevos. En un genocidio lo que importa es terminar lo antes posible con la vida de las víctimas. Muchas ciudades construidas en esa época se levantaron sobre los despojos de los alemanes étnicos.
Ahora, a 67 años de aquellas medidas injustificadas, los alemanes étnicos en la Federación Rusa solicitan mayor autonomía cultural, el derecho a escuelas con idioma alemán y su reconocimiento como minoría étnica. "Muchos creen que en Rusia existe una ley que rehabilita a los alemanes, pero esto no es así", dice Vladimir Bauer. Después del colapso de la Unión Soviética, cerca de dos millones de alemanes étnicos han emigrado a Alemania y más de un millón reside aún en la Federación Rusa. A 67 años del comienzo del genocidio organizado por Stalin los descendientes de aquellos alemanes étnicos en la ex Unión Soviética sufren las consecuencias. Justo es que nosotros recordemos los sufrimientos de nuestros hermanos de sangre implorando a Dios que conceda la paz a todos sus hijos, para que no se repitan crímenes tan atroces en el ancho y vasto mundo. En Isaías 2.4 leemos: El (Señor) juzgará entre las naciones y será árbitro de muchos pueblos. Convertirán sus espadas en arados y sus lanzas en hoces. No levantará espada nación contra nación y nunca más se adiestrarán para la guerra." Por ello se sugiere realizar, como en otras partes del mundo, ceremonias de recordación del genogidio el domingo 3 de septiembre y todos los domingos inmediatamente posteriores.
Escribir Comentario