Curuzu Cuatia - Corrientes
Hacía el siglo XIII, el territorio curuzucuateño era escenario del enfrentamientos entre charrúas, etnia que explotaba los recursos del pastizal y la de los guaraníes, que hacían lo mismo con la selva en galería de los grandes ríos (en este caso el río Uruguay, muy próximo). Ambas culturas son -incluso hoy en sus descendientes- distintas tanto físicamente como en sus creencias y rasgos culturales.
En el siglo XV los guaraníes comenzaron un proceso de unificación de las tekuas o aldeas (de hasta 30.000 habitantes), que floreció con la alianza con la Corona Española a través de la mediación de la Compañía de Jesús. Curuzú Cuatiá era territorio (una estancia) dependiente de los guaraníes de Yapeyú. Pero estos no ejercían pleno control del ganado, ya que los charrúas correntinos se mantenían independientes, cosa que lograron mantener hasta el fin de las Guerras de la Independencia, siendo derrotados en la ciudad entrerriana de Victoria (para los blancos) o La Matanza (para los charrúas).
Durante la época colonial, Curuzú Cuatiá fue absorbida culturalmente por los guaraníes, si bien mantuvo su independencia ya que no se asentaba en el ecosistema típico guaraní (los ríos) sino en el pastizal (charrúa). Sin embargo, los charrúas no quisieron nunca aliarse a los españoles o criollos y luego de la derrota militar se disgregaron en el pueblo llano de la provincia de Entre Ríos y sur de Corrientes. Los guaraníes en cambio supieron mantener gran parte de sus valores (y la lengua) de tal forma que tanto charrúas como hijos de españoles -y luego incluso europeos llegados en el siglo XIX y XX lo aprendieron.
Curuzú Cuatiá era un vecindario rural a fines del siglo XVIII; comenzó a poblarse fuertemente con vecinos provenientes de San Roque y Corrientes, con la intención de frenar el avance de los indios yapeyuanos. Un grupo de vecinos solicitó autorización para la construcción de una capilla que fue puesta bajo la advocación de Nuestra Señora del Pilar. El juez comisionario, José Zambrana solicitó al Virrey Avilés la autorización para crear un pueblo junto a la capital por la presencia de importantes estancias en el lugar que favorecerían el desarrollo comercial. El 18 de abril de 1799 el virrey dispuso la creación del pueblo, encomendando a Zambrana la delimitación de la plaza, calles y entrega de solares.
El 16 de noviembre de 1810, el general Dr. Manuel Belgrano, observando la estratégica situación del lugar – ubicado en el centro de la "mesopotamia"– en su campaña militar hacia el Paraguay, fundó el pueblo de (Nuestra Señora del Pilar de) Curuzú Cuatiá, que en lengua guaraní significa cruz de papel lo que evidentemente hace referencia a la etapa "guaraní cristianado" o "neófitos" como se llamaba antiguamente a los guaraníes que decidieron usar a los jesuitas como protección legal ante el frente blanco en expansión (bandeirante portugueses y españoles).
El jefe revolucionario Manuel Belgrano, no hizo más que incorporarse a una dinámica de enfrentamientos culturales que venía de antes de la llegada de los europeos a la zona. Así "fundó" Curuzú Cuatiá con el objeto de organizar la jurisdicción de Corrientes y contener los intentos de avance luso-brasileño sobre la mesopotamia argentina. Resolvió también un pleito jurisdiccional entre Corrientes y Yapeyú sobre ese territorio, adjudicándolo a la jurisdicción de Corrientes.
Belgrano fijó la jurisdicción de Curuzú Cuatiá:
El 9 de octubre de 1852 fue elevada a la categoría de villa y el 25 de septiembre de 1888 a la de ciudad.
La ciudad ha sido declarada Lugar Histórico por Decreto N° 112.765 el 04 de febrero de 1942.-
La ciudad ha contado tradicionalmente con una Guarnición Militar. Diversas unidades militares la ocuparon. En el 2003, el Comando de la Brigada III Escuela deja la ciudad. Parte de los cuarteles permanecen vacíos hasta 2007 cuando pasa a alojar al Comando del II Cuerpo del Ejército.
Finalmente, Irigoyen traduce "Curuzú Cuatiá" como "Cruz Grabada", y maneja que los elementos naturales, arroyos, ríos, etc., son los que anticipan primeramente el nombre de la antigua agrupación de población.
Curuzú Cuatiá es el nombre del arroyo que nace al NO de la ciudad. También existe un "Curuzú Cuatiá" en la República del Paraguay, cuyo territorio era incluido dentro de las Misiones Jesuíticas.
El General Don Manuel Belgrano suscribe su Acta de Fundación en su Cuartel General de "Curuzuquatiá" el 16 de noviembre de 1810 y no en la "Posta de la Cruz".
En el siglo XV los guaraníes comenzaron un proceso de unificación de las tekuas o aldeas (de hasta 30.000 habitantes), que floreció con la alianza con la Corona Española a través de la mediación de la Compañía de Jesús. Curuzú Cuatiá era territorio (una estancia) dependiente de los guaraníes de Yapeyú. Pero estos no ejercían pleno control del ganado, ya que los charrúas correntinos se mantenían independientes, cosa que lograron mantener hasta el fin de las Guerras de la Independencia, siendo derrotados en la ciudad entrerriana de Victoria (para los blancos) o La Matanza (para los charrúas).
Durante la época colonial, Curuzú Cuatiá fue absorbida culturalmente por los guaraníes, si bien mantuvo su independencia ya que no se asentaba en el ecosistema típico guaraní (los ríos) sino en el pastizal (charrúa). Sin embargo, los charrúas no quisieron nunca aliarse a los españoles o criollos y luego de la derrota militar se disgregaron en el pueblo llano de la provincia de Entre Ríos y sur de Corrientes. Los guaraníes en cambio supieron mantener gran parte de sus valores (y la lengua) de tal forma que tanto charrúas como hijos de españoles -y luego incluso europeos llegados en el siglo XIX y XX lo aprendieron.

El 16 de noviembre de 1810, el general Dr. Manuel Belgrano, observando la estratégica situación del lugar – ubicado en el centro de la "mesopotamia"– en su campaña militar hacia el Paraguay, fundó el pueblo de (Nuestra Señora del Pilar de) Curuzú Cuatiá, que en lengua guaraní significa cruz de papel lo que evidentemente hace referencia a la etapa "guaraní cristianado" o "neófitos" como se llamaba antiguamente a los guaraníes que decidieron usar a los jesuitas como protección legal ante el frente blanco en expansión (bandeirante portugueses y españoles).
El jefe revolucionario Manuel Belgrano, no hizo más que incorporarse a una dinámica de enfrentamientos culturales que venía de antes de la llegada de los europeos a la zona. Así "fundó" Curuzú Cuatiá con el objeto de organizar la jurisdicción de Corrientes y contener los intentos de avance luso-brasileño sobre la mesopotamia argentina. Resolvió también un pleito jurisdiccional entre Corrientes y Yapeyú sobre ese territorio, adjudicándolo a la jurisdicción de Corrientes.
Belgrano fijó la jurisdicción de Curuzú Cuatiá:
Que se haya y tenga este pueblo por el de N. S. del Pilar de Curuzú-Cuatiá, cuya jurisdicción será desde las puntas del Arroyo de las Tunas, siguiendo el Arroyo Mocoretá y de este a buscar de las puntas del Arroyo Timboy, de este a buscar la barra de Curuzú Cuatiá que entra en el Miriñay, de donde se seguirá hasta la Laguna Iberá y por el Río Corrientes, se seguirá la costa hasta sus malezales, de los cuales se ha de seguir a las puntas de la Barrancas y de esta a las del Arroyo Basualdo, hasta encontrar las puntas de Las Tunas.[1]
Fija los límites de la planta urbana y sus ejidos, establece los lugares donde se construirán la escuela, la Plaza Mayor, la Iglesia Matriz, el Ayuntamiento y la Casa Capitular. Y por último aceptando y respetando la creencia de los lugareños ordena y manda que se tenga a este pueblo por el pueblo de NUESTRA SEÑORA DE PILAR DE CURUZÚ CUATIÁ.El 9 de octubre de 1852 fue elevada a la categoría de villa y el 25 de septiembre de 1888 a la de ciudad.
La ciudad ha sido declarada Lugar Histórico por Decreto N° 112.765 el 04 de febrero de 1942.-
La ciudad ha contado tradicionalmente con una Guarnición Militar. Diversas unidades militares la ocuparon. En el 2003, el Comando de la Brigada III Escuela deja la ciudad. Parte de los cuarteles permanecen vacíos hasta 2007 cuando pasa a alojar al Comando del II Cuerpo del Ejército.
Origen del nombre
El libro Toponimia Guaraní de Corrientes del difunto Profesor de Biología y Licenciado en Botánica e idóneo lingüista en castellano y guaraní Don José Miguel "Jasecho" Irigoyen, curuzucuateño, ilustra sobre el origen del nombre:- "Curuzú" es la guaranización de la palabra "cruz", pues en guaraní no existen dos consonantes juntas en la misma sílaba, ni tampoco encerrando entre ambas a una vocal. Tampoco consonante al final de sílaba. Las sílabas en guaraní son siempre consonante primero y vocal después, nunca a la inversa. Así la palabra "cruz" tiene todo lo vedado para el guaraní. La vocal "u" se impone generando otras dos y así llegamos, limpiamente, a la palabra "Curuzú". Ésta no es "cruce", sino cruz (del símbolo cristiano).
- "Cuatiá" en guaraní significa: grabar, marcar, señalar y también el sustantivo correspondiente Grabado, marca, señal. Por extensión carta, esquela, papel.
- Esto dio origen a la traducción "cruz de papel", que no tiene sentido. Asimismo, originó otra traducción muy aceptada: "Cruce de Postas o de Correos". En el Escudo de la ciudad homónima, para contribuir a la confusión general, aparece un cruce caminos. En Curuzú Cuatiá se cruzaban las rutas que iban desde el Sur hacia la capital de Corrientes y hacia las Misiones. Ese cruce y divergencia da caminos está impuesto por la presencia de los Esteros del Iberá.
Finalmente, Irigoyen traduce "Curuzú Cuatiá" como "Cruz Grabada", y maneja que los elementos naturales, arroyos, ríos, etc., son los que anticipan primeramente el nombre de la antigua agrupación de población.
Curuzú Cuatiá es el nombre del arroyo que nace al NO de la ciudad. También existe un "Curuzú Cuatiá" en la República del Paraguay, cuyo territorio era incluido dentro de las Misiones Jesuíticas.
El General Don Manuel Belgrano suscribe su Acta de Fundación en su Cuartel General de "Curuzuquatiá" el 16 de noviembre de 1810 y no en la "Posta de la Cruz".
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