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Parana un Rio en la Historia

ExpediciĂ³n de Gaboto
SebastiĂ¡n Gaboto Piloto mayor de España partiĂ³ el 4 de mayo de 1525 a Maluco con el fin de buscar riquezas (especies) La expediciĂ³n partiĂ³ de San Lucas de Barrameda en abril de 1526.
Gaboto decidiĂ³ cambiar el derrotero y penetrar el rĂ­o de SolĂ­s que lo conducirĂ­a a anheladas tierras con riquezas. No todo era leyenda, pues supo que en el Puerto de los Patos. Alejo GarcĂ­a llegĂ³ hasta las estribaciones de Cochabamba, y traĂ­a un tesoro cuando fue muerto por los indios.
SolĂ­s entrĂ³ al RĂ­o de la Plata. En abril llegĂ³ a un punto que llamĂ³ San Lorenzo en la costa septentrional de RĂ­o Platino. AllĂ­ dio con Francisco del Puerto supervivientes de la expediciĂ³n de SolĂ­s. Con este acordĂ³ navegar el ParanĂ¡ de las Palmas. El 8 de marzo de 1527 en una carabela y la galeota americana, se pusieron en marcha juntamente con un importante nĂºcleo de españoles.
A fines de 1527, Gaboto iniciĂ³ su derrotero al norte en una Ă©poca inadecuada para la navegaciĂ³n, lo que le ocasionĂ³ demoras, hambres y penurias.
Al sirgar los españoles, sus naves pisaron la otra banda de los charrĂºas (Entre RĂ­os)
Navegaron el ParanĂ¡ Medio y parte meridional del ParanĂ¡ Superior hasta lo del cacique. YaguarĂ³n (ItatĂ­, Corrientes)

La leyenda de los CĂ©saresPor enero de 1529, antes de su segunda navegaciĂ³n ParanĂ¡ arriba, Gaboto dispuso que el capitĂ¡n Francisco CĂ©sar con 15 hombres fuera por tierra hacia el oeste a explorar y descubrir minas de oro y plata.
Los indĂ­genas le hicieron relatos fantĂ¡sticos de ricas ciudades. Esto fue como echar nafta al fuego. La imaginaciĂ³n de los expedicionarios multiplicĂ³ la magnitud de las riquezas y con el transcurrir del tiempo, sobre la base de algo que era cierto se formĂ³ la leyenda de los CĂ©sares, que alimentĂ³ empresas que no dieron jamĂ¡s con ella, pero que significaba adelantar el conocimiento de nuestros territorios.

La NavegaciĂ³n de Pero LĂ³pez de Souza y Entre RĂ­osDesde la desembocadura del SolĂ­s Grande, en la Banda Oriental el 23 de noviembre de 1531 partiĂ³ un bergantĂ­n al mando del piloto de la expediciĂ³n Pero LĂ³pez de Souza Pero LĂ³pez de Souza es, que sepamos, el primero en describir el mundo insular de nuestro delta y el primero que tambiĂ©n, nos da noticias acerca de la presencia de una hermosa mujer de cabello largo y castaño, lo que es una muestra del mestizaje de estas latitudes.
Estas expediciones, influyeron en la realizaciĂ³n de la empresa de Don Pedro de Mendoza.

FundaciĂ³n de Buenos AiresEn 1536 el primer adelantado del RĂ­o de la Plata, Don Pedro de Mendoza realizĂ³ la primera fundaciĂ³n cuyo nombre era Santa MarĂ­a de los Buenos Aires. Para buscar elementos y mejora de tierras Mendoza mando expedicionarios al norte.

FundaciĂ³n de AsunciĂ³n Salazar fundo al sur de Candelaria un asiento, casa fuerte, el 15 de agosto de 1537.Que do asĂ­ el protoplasma , la futura ciudad de la AsunciĂ³n.
El RĂ­o ParanĂ¡ fue la vĂ­a de comunicaciĂ³n y desde AsunciĂ³n se abrieron las "puertas a la tierra" con la fundaciĂ³n de Santa Fe (1573), y la segunda fundaciĂ³n de Buenos Aires (1580)

Embarcaciones y Medios de ComunicaciĂ³nHasta Ă©poca del Virreinato, la navegaciĂ³n del ParanĂ¡ se realizo con medios muy rudimentarios.Los sistemas de flotaciĂ³n .indĂ­gena, apenas modificados, fueron muy utilizados en la Ă©poca colonial.. Para remontar el riĂ³;
los españole introdujeron desde muy temprano, embarcaciones mas evolucionadas, pero las cargas mas voluminosas y pesadas (sobre todo madera) se deslizaron lentamente hacia el RiĂ³ de la Plata en balsa, jangadas o garandumbas, un mĂ©todo primitivo, pero eficaz, que dejo de usarse reciĂ©n en nuestro siglo.
Los distintos tipos de balsas, por su capacidad para recibir cargas, la relativa seguridad que ofrecĂ­an y su fĂ¡cil construcciĂ³n, se adaptaron perfectamente a las condiciones del riĂ³ y a las necesidades del trafico aguas abajo .La notoria carencia de maderas en la regiĂ³n pampeana, constituyo sin duda un fuerte estimulo para mantener vigente, durante siglos, este tipo de navegaciĂ³n.
El problema se planteaba cuando habĂ­a que viajar al ParanĂ¡ superior o al Paraguay. La navegaciĂ³n a vela, aguas arriba, era lenta y exigĂ­a considerables esfuerzos para la tripulaciones .Cuando los barcos grandes remontaban el ParanĂ¡, levantaban el palo mayor (durante la bajada del riĂ³ lo levaban acostado sobre cubierta), para aprovechar al mĂ¡ximo los vientos propicios, en los dĂ­as de calma, avanzaban a la siega y a remo.
Los jinetes utilizaban diversas clases de "pelotas"de cuero (fĂ¡cil de armar y llevar) para cruzar los rĂ­os y arrollo que no podĂ­an vadearse.

Transporte de mercancĂ­as El transporte de mercancĂ­as se efectuaba, por lo general, en dos tipos distintos de embarcaciones.Las tartanas, botes o lanchas, imprescindibles para el trafico aguas arriba.
Sin embargo las rudimentarias canoas indĂ­genas usadas en los trabajos cotidianos del rĂ­o, siguieron siendo las embarcaciones mĂ¡s rĂ¡pidas.

El Trafico fluvial del ParanĂ¡ durante el Virreinato Al finalizar el siglo XVIII, el rĂ¡pido desarrollo de las actividad mercantil en el riĂ³ de la plata fue cuando una realidad social y econĂ³mica entre los pobladores de la cuenca del Plata.
Un creciente nĂºmeros de mercaderes recorrĂ­an los campos de Entre RĂ­os y Corrientes , en frĂ¡giles embarcaciones hasta desbordar, llevaba a Buenos Aires los cueros acopiados. Las maderas y los productos de la agricultura subtropical, siguieron siendo un importante renglĂ³n del comercio fluvial. El rĂ¡pido crecimiento del mercado consumidor de Buenos Aires , favoreciĂ³ la intensificaciĂ³n del trafico aguas abajo.
La actividad en el ParanĂ¡ aumento afines del siglo XVIII, aunque la falta de reglamentaciones resisan materia de navegaciĂ³n y el desmedido afĂ¡n de lucro de los transportistas, provocan de continuo grandes perdidas.
En la Ă©poca del virreinato, sin embargo, el trafico fluvial del ParanĂ¡ fue posiblemente mas importante que el que se efectuaba, en condiciones igualmente precarias, atravesando la pampa hĂºmeda hacia el interior.

Las condiciones de la ruta fluvial En el perĂ­odo colonial, los rĂ­os fueron la principales vĂ­as de comercio y comunicaciĂ³n en la regiĂ³n del plata .
Los navegantes, tenĂ­an conocimiento muy precario sobre las condiciones de la navegaciĂ³n del rĂ­o ParanĂ¡ , y a veces hasta corrĂ­an el peligro de ser atacados por los indios a lo largo de la costa .
Experto españoles legaron al riĂ³ de Plata y dejaron minuciosas mediciones e instrucciones para la navegaciĂ³n.
Los trabajos de Azara, Agurre, Oyarvide, Malaspina y Gundini, entre otros, fueron por muchos años la mas valiosa fuente de informaciĂ³n sobre la geografĂ­a, poblaciĂ³n, historia natural y economĂ­a del Ă¡rea de la cuenca del Plata.
El delegado del Consulado en AsunciĂ³n señalaba, en 1798 , que los derroteros no podĂ­an presentar una utilidad permanente porque los canales y bancos cambiaban continuamente. Tan solo 40 años despuĂ©s, se confeccionaron buenas cartas hidrogrĂ¡ficas del ParanĂ¡ inferior.
Agua arriba se navegaba generalmente por el ParanĂ¡ de las Palmas, y se continuaba luego por el canal mas profundo del riĂ³, que se alejaba de la costa santafesina mas allĂ¡ de San Lorenzo.
Los embarcaderos y puertos del ParanĂ¡, sumamente pobres, carecĂ­a de muelles y no tenĂ­an ningĂºn tipo de mejoras. Por entonces, casi todos los puertos fluviales de alguna significaciĂ³n tenĂ­an sus astilleros; los hubo en Buenos Aires, San Pedro, Santa Fe y Corrientes.
El RiĂ³ ParanĂ¡ y el ciclo de los saladeros 

Proyecto Ingles sobre el ParanĂ¡Durante la dĂ©cada de los años cincuenta , el capitĂ¡n Page , con un vapor de la armada estadounidense, exploro algunos afluentes del ParanĂ¡ y levanto cartas hidrogrĂ¡ficas de este riĂ³.

El ParanĂ¡ y la DivisiĂ³n Internacional del TrabajoA mediados del siglo pasado se produce un cambio el la coyontura econĂ³mica mundial, que inicio una etapa de acelerado crecimiento en los paĂ­ses industriales.
En el caso de Argentina, el riĂ³ ParanĂ¡ se convirtiĂ³ en la mas importante vĂ­a de penetraciĂ³n de la inmigraciĂ³n y de las manufacturas europeas, y por sus puertos salieron, hacia los mercados exteriores, la nueva producciĂ³n lanera y, luego, la cerealera.

Puerto ViejoEn la segunda mitad del siglo XIX eran muy importante las actividades relacionadas con la industria calera y la tierra arcillosas. Se permitiĂ³ la elaboraciĂ³n de ladrillos, tejas, caños, baldosas e infinidad de tensillos de alfarerĂ­a.
El puerto en esa Ă©poca no tenia muelle y los viajeros desembarcaban sobre botes o lanchas y luego sobre carros de altas ruedas tirado por bueyes .Ante el aumento del comercio se realizo la construcciĂ³n de un camino del puerto, de una calzada empedrada , hoy conocida como la " Bajada de los Vascos ", lugar histĂ³rico de la ciudad.
En 1871 se construye un muelle y se levanta una muralla de piedra.
A partir de la década del 80 el puerto (hoy Puerto Viejo ) adquiere inusitado movimiento mercantil acrecentado por las industrias y comercios allí instalados. Se instala un molino, una fabrica de aceite comestible, las calderas a lo largo de las barrancas junto agrandes horno, las fabricas de tejas y ladrillos, talleres de carpintería y herrería, los comercios que abastecían la zona , agencias y empresas de transporte.
Son numerosos los barcos que recalan y zarpan del puerto diariamente y es tanto el comercio que se realiza que el puerto se vuelve demasiado pequeño y se cifran las esperanzas de un nuevo puerto.
El "Puerto Viejo " es hoy un lugar de gran atractivo por sus caracterĂ­sticas espectaculares y se esta tratando de restaurar mucho de su antigua grandeza.

El Crecimiento de los Puertos Fluviales El litoral experimento un gran crecimiento realmente excepcional .En las orillas del ParanĂ¡, los ejemplos mĂ¡s notorios de esa expansiĂ³n urbano-portuaria fueron Rosario y Santa Fe, sobre todo la primera, que aunque solo recibĂ­a en 1890 el 9% de las importaciones, ya era el principal puerto exportador de trigo.

El ParanĂ¡ y el Comienzo del Ciclo de la Industria FrigorĂ­ficas. Al finalizar el siglo XIX concluyo prĂ¡cticamente el ciclo del ovino y se firmo el de los frigorĂ­ficos. Ya desde 1883, Ă©l ParanĂ¡ de las Palmas habĂ­a sido la principal vĂ­a de explotaciĂ³n.
En 1884, la compañía Sansinena alzo su planta industrializadora en Avellaneda, y en 1886 se estableciĂ³ otro ("Las Palmas ") sobre el ParanĂ¡, con objetivo de controlar totalmente el mercado.

El Contrabando PortuguĂ©s e InglĂ©sEl ganado entrerriano fue el elemento afectado por estas dos naciones. Los portugueses llegaron a tener astilleros en las islas del ParanĂ¡ para reparar sus barcos.
Cueros, grasa, cebo, cerdos, lanas, se concentraban en la isla San Gabriel y la Colonia Sacramento que se habĂ­an convertido en poderosos centros de acopio de este bien organizado trĂ¡fico ilegal.
Paulatinamente holandeses y franceses participaron de este trĂ¡fico ilegal en gran escala, diezmando la ganaderĂ­a entrerriana.

Comerciantes entrerrianos Los comerciantes e industriales de productos ganaderos tuvieron graserĂ­as, saladeros y curtiembres. Los carboneros y leñeros se dedicaron a la explotaciĂ³n de bosques. Hubo caleros que explotaron yacimientos en las barrancas del ParanĂ¡ y en las de las costas del rĂ­o Uruguay.

VĂ­as de comunicaciĂ³nLa primera vĂ­a de penetraciĂ³n para el conocimiento del territorio entrerriano fue el rĂ­o de la Plata. Por Ă©l entraron las naves españolas, recorrieron los rĂ­os ParanĂ¡ y Uruguay y reconocieron perifĂ©ricamente la provincia, sin penetrar en su interior.
Entre RĂ­os siguiĂ³ por mucho tiempo como una gran isla desconocida, pese a su cercanĂ­a con Buenos Aires.
Presumiblemente, Garay fue el primero que recorre el territorio cuando se dirige a fundar Santa Fe por la margen izquierda del ParanĂ¡.
A la flotilla que navegaba aguas abajo, acompaña por tierra un grupo de blancos e indios arrieros que va descubriendo un camino que nunca habĂ­an recorrido los españoles, hasta reunirse a la altura del arroyo Hernandarias. Este itinerario, prolongado posteriormente hasta la Bajada (hoy ParanĂ¡), señalarĂ¡ la traza del primer camino entrerriano que unirĂ¡ dicho camino con Corrientes y AsunciĂ³n.
En el siglo XVII se abre una ruta costera por la margen derecha del rĂ­o Uruguay, hacia las Misiones Jesuitas. Con esta ruta empalma en Salto Chico el camino que arranca en la Bajada y pasa por Villaguay.
Nuevas rutas se incorporaron mĂ¡s adelante a este reducido sistema vial: desde la Bajada de Gualeguay, pasando por NogoyĂ¡ y el arroyo ClĂ©, y la que une ConcepciĂ³n del Uruguay con Gualeguay.
Cuando funcionen los correos en la segunda mitad del siglo XVIII, el servicio irĂ¡ desgranando el rosario de postas a lo largo de estas primeras huellas.

Papel Estratégico de Entre RíosDueños del estuario del Plata y sus grandes afluentes, los españoles cortaron a la Junta de Mayo sus caminos fluviales.
Producido el grito de AnunciĂ³, (28 de febrero de 1811), y la consiguiente Victorio de las Piedras, (18 de mayo), se puso el primer sitio a Montevideo. Entonces, Entre RĂ­os fue base firmĂ­sima para proyectar a la banda oriental toda clase de auxilios al EjĂ©rcito Patriota. El itinerario seguido fue el siguiente: Buenos Aires – Santa Fe – Bajada del ParanĂ¡ – ConcepciĂ³n del Uruguay - Banda oriental. La casa del Dr. DĂ­az VĂ©lez, a poco, se convirtiĂ³ en maestranza para los refuerzos en marcha hacia el sitio de la fortaleza amurallada de Montevideo. Entre RĂ­os, por todo el tiempo del primero y segundo sitio, apoyĂ³ con hombres y todos los recursos que le fue posible para rendir a los realistas de Allende del Plata. Lo mismo ocurrirĂ¡ cuando la lucha contra el invasor portuguĂ©s.
A fines de abril de 1821, RamĂ­rez se hallaba la frente de su ejĂ©rcito, en Punta Gorda, alistĂ¡ndose para el paraje del ParanĂ¡. Eran unos 1700 hombres que iban a enfrentar a fuerzas numerosas de Buenos Aires, Santa Fe y CĂ³rdoba, para empezar. En la noche del 1º al 2 de mayo de 1821, el brazo Anacleto Medina parĂ³ el ParanĂ¡ con 200 lanceros, se posesionĂ³ de Coronda y de la numerosa caballada que LĂ³pez habĂ­a dejado, como en lugar seguro, en el RincĂ³n de Gorondona.
"Paisaje de un gran rĂ­o por un gran rĂ­o"
Los tĂ©rminos del tratado convenido comenzaron a cumplirse formalmente por las partes. Las fuerzas argentinas que estuvieron a Ă³rdenes de Orite, en tierra oriental, fueron transportadas por agua a puerto Landa, E. R. Y de aquĂ­ marcharon al Diamante. La escuadra brasileña, al mando del almirante J. Pascual Greenfell, venciĂ³ el tonelero y dio apoyo al histĂ³rico pasaje, transportando a bordo del "Alfonso" a Sarmiento, Mitre, Aquino, Paunero y otros colaboradores. JamĂ¡s se viĂ³ tan grande mesa militar tras poner tan grande rĂ­o.

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