Colonia Hughes - El Falansterio de Durando 1895

El Falansterio de Durando 1895

Foto de la Banda de Música de la comunidad conocida como “Falansterio de Durandó” en desfile por calle 12 de abril ca.1900.Al fondo se puede observar el edificio de La Casona .


Foto: gentileza de Adriana Fraccarolli para Colón…de antaño a inicios de la página.


Fuente: http://www.facebook.com/ColonDeAntes

Hace más de 100 años tuvo lugar en el departamento Colón una de las historias más fascinantes de Entre Ríos, la de una pequeña comunidad con reglas estrictas que funcionó por casi 30 años: el Falansterio de Durandó.

Juan José Durandó y su familia se radicaron en un campo de Colonia Hughes, departamento Colón, en 1888, dando vida a un establecimiento agrícola industrial en el que llegaron a convivir alrededor de 120 personas pero de una manera muy particular. Fue una pequeña comunidad en la que todo perteneció a Durandó y que prácticamente se autoabasteció. Funcionó en un campo de 200 hectáreas con sembradíos, frutales, una gran huerta, invernáculo de vidrio para cultivos especiales, herrería, carpintería, zapatería, sastrería, escuela de primeras letras, artes y oficios. 

En ese establecimiento agrícola industrial había varios edificios. El más bonito tenía un pequeño alero de tejas francesas y allí se ubicaban los comedores, las cocinas y un sótano para depósito. En la planta alta estaban los dormitorios de Durandó y familia y los de la familia Massera (de condición privilegiada). 

Cuidados jardines lo rodeaban y abrazaban la glorieta, lugar predilecto donde el líder se sentaba cada atardecer a escuchar su propia banda de música.
Si bien el falansterio funcionó a fines del siglo XIX, en el lugar había luz artificial alimentada a gas carburo, baños con agua corriente, molino de viento y un gran depósito para 10.000 litros de agua.
La mayor parte de las actividades industriales se desarrollaba en un edificio de tres plantas. En el sótano se ubicaban los toneles con deliciosos vinos elaborados en el lugar y las facturas de cerdo; en la primera planta se almacenaban otros productos; en la segunda planta estaban los dormitorios para hombres solteros y en el entrepiso se secaban los fideos y orejones.
La escuela de primeras letras, artes y oficios estaba reconocida por la Provincia y funcionaba en un pequeño 
edificio dentro del establecimiento. Los profesores de Historia Walter Maydana y Ariel Bessón, en su obra Durandó. Historia de una comunidad citan un artículo publicado en noviembre de 1900 por el periódico El Entre Ríos, de Colón: “Esta escuela comenzó sus actividades aproximadamente entre 1895 y 1898. Allí se enseñaba todo desde el punto de vista práctico. Por ejemplo, los niños estudiaban en teoría y práctica el uso de instrumentos de agricultura y de diferentes oficios. Por su lado, las niñas aprendían costura, encarado de igual modo (…) La educación común a los dos grupos sería Aritmética, Geometría y el lenguaje. En esta última, una condición obligatoria era la lectura en francés y en castellano”. El estudio de música también era obligatorio y así llegaron a conformar una banda cuyo recuerdo aún persiste en la zona.
PALABRA DE DIOS. Uno de los aspectos más polémicos de este personaje fue la comunicación directa que aseguraba tener con Dios. “No era un espiritista de mesita de tres patas sino, que según su propio testimonio, se comunicaba directamente con Dios a través de la concentración y mediante la escritura (…) Según Durandó, Dios lo iluminaba en la organización del establecimiento, tanto social como económicamente. En lo referente a la organización de las tareas, todas las órdenes eran de origen divino. La palabra de Durandó era la palabra de Dios, él era un iluminado”, describen ambos profesores. Dentro de los poderes sobrenaturales supuestamente otorgados por Dios a Durandó estaban los curativos (la cura más legendaria fue la de su esposa, afectada por una parálisis al momento de conocerla en Suiza). Es que, además de la sugestión, Durandó se apoyaba en los vastos conocimientos de las propiedades curativas de las plantas.(…)

¿Qué es un falansterio?
La idea de falansterio surgió con la obra del filósofo francés Charles Fourier (1772-1837) sobre socialismo utópico. Describen Maydana y Bessón: “Su ideal era una sociedad agrícola cuya unidad fundamental era una falange donde 1.620 personas habitarían un edificio común llamado falansterio. Este establecimiento estaría rodeado de tierras cultivables”. 

A cada persona le correspondería un trabajo según su inclinación, que alternarían para evitar la rutina. “En el centro del terreno se construiría el palacio social con su gran comedor, la biblioteca, las aulas para estudio y las de correspondencia. En los laterales se instalaría la sala de juegos para niños y los talleres de trabajo. Todos los miembros de la comunidad vivirían allí. Ellos serían socios y quedaría suprimido el salario, correspondiéndoles a cambio un dividendo en el trabajo realizado.”

Juan José Durandó nació en Suiza en 1842, se nutrió de esta doctrina, en 1874 realizó su primer viaje a América, luego retornó a Europa para buscar socios para conformar su propio falansterio y en 1888 se radicó en Colonia Hughes. Después, realizó otras campañas en Europa para captar más familias.
Aunque su establecimiento fue denominado “el Falansterio de Durandó”, Maidana y Bessón coinciden en que no fue un falansterio por varias razones: había una clase obrera y una clase gobernante; los integrantes de estas clases no ocupaban el mismo edificio y tenían una alimentación diferenciada; quienes ingresaban al establecimiento cedían sus bienes y éstos pasaban a manos de Durandó (no de la comunidad en general) y si querían retirarse lo hacían sin nada; no existía el libre albedrío para elegir las tareas sino que Durandó, arrogándose un mandato divino, decidía cuáles debían ser; no se rotaban los trabajos y el establecimiento nunca tuvo más de 120 habitantes.
http://www.entrerios.gov.ar/algarroba/pagina218.htm

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