Palacio San Jose - Las Noches del Palacio





NOCHES DE PALACIO 


Al atardecer, el portón principal del Palacio San José se abre y  permite entrar en la vida cotidiana del máximo caudillo entrerriano.

El General Justo José de Urquiza fue el primer presidente constitucional de los argentinos entre 1854-1860. Este emblemático y polémico hombre público, vencedor en la Batalla de Caseros ante el Gobernador de Buenos Aires, el General Juan Manuel de Rosas, mandó a construir su última residencia. 
Ya dueño del poder, instaló un edificio lleno de lujos desde el cual dirigió los designios del país desarrollando una intensa vida pública y privada. Fue en ese mismo sitio donde encontró la muerte la noche del 11 de abril de 1870.

 “Un grupo de hombres a caballo entró al palacio y en su habitación, ante el grito de ¡Muerte a Urquiza, viva López Jordán! concluyó la vida del general”, relatan los guías a quienes visitan la “Sala del crimen”, rincón del palacio  donde una silenciosa mancha de sangre insiste en permanecer.
Trece noches al año, esta edificación de estilo italiano, con 38 habitaciones y dependencias, abre sus portones principales –habitualmente las visitas ingresan por la portería- para ofrecer la misma postal que Urquiza imaginó para recibir a sus distinguidos visitantes.

 Es otra imagen de la casa, la que imaginó seguramente el arquitecto que la proyectó, ya que fue pensada para provocar el impacto visual inicial de una fachada imponente con una arquería y torres miradores que se destacan en su contexto rural.

La experiencia llamada “Luces y sombras”comenzó en octubre de 2001, durante la celebración del bicentenario del nacimiento del general. Es una apelación a lo sensitivo, para dejarse ir entre historias, leyendas, sonidos, olores, sabores, texturas y vagas apariciones.

“El clima íntimo que la residencia adopta transforma el lugar, le otorga calidez y lo hace cotidiano, sonidos de pájaros que se presienten sin verlos, perfumes que realzan los ambientes, melodías de época interpretadas en piano, escritorios con documentos y tinteros como recién usados, prendas de vestir abandonadas al azar en los dormitorios, una bañadera perfumada que aparenta haber sido recién utilizada, una cocina con verduras, pastas y elementos cotidianos de una familia”, relató a ALGARROBA Ana María Barreto, jefa del Departamento Educativo y de Extensión Cultural del Palacio.


Otras realidades no tangibles que se añaden a esta historia son los mitos y misterios que rondan el fantasma de la muerte del general, visiones y ruidos nocturnos en el palacio: leyendas trasmitidas por generaciones. 

Todos los sentidos están invocados en esta experiencia que permite mirar, desde otro punto de vista menos acartonado, la historia de Urquiza.

Fuente: Revista Algarroba Entre Rios
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