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Comparsa KAMARR - Club Sirio Libanes

COMPARSA KAMARR

CLUB SIRIO LIBANES

CARNAVAL DE GUALEGUAYCHÚ, ENTRE RIOS

Por su parte, Kamarr (del Centro Sirio Libanés) quiere recuperar la gloria alcanzada cuando obtuvo el primer puesto en las ediciones 2013 y 2014, y presentará el tema “Kamarr es leyenda”. Su director, Raúl Galarraga, sintetizó que la comparsa quiere mostrar que desde niños “las leyendas forman parte de nuestra vida cotidiana, nos relatan esas historias fantásticas donde brujas, hombres lobos, luces extrañas y ancianos de mal aspecto nos acechan, llenando nuestra imaginación de miedo y truncando ese deseo incontrolable de jugar bajo el sol y el silencio de la siesta”.

“Leyendas pasionales de lucha, justicia y esperanza. Almas santificadas concediendo sueños y milagros; y sus devotos prometiendo hasta lo más impensado con ofrendas llenas de amor y esperanza”, agregó.

Y concluyó: “Las leyendas nos hacen imaginar un mundo creador, de miedo, un mundo lleno de esperanza. Es así que en cada noche de carnaval miles de devotos depositan su fe y pasión danzando con fuerza y alegría, logrando así que Kamarr se transforme en leyenda”

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Historia del Club

En el año 1930, muchos sirios y libaneses ya vivían en distintos puntos de la promisoria ciudad de Gualeguaychú, y otros no tardarían en llegar a probar suerte. A comienzos del otoño un grupo reducido de personas reunidas dialogaban: “Es una vergüenza que otras colectividades tengan su Club Social, y los Sirios ­ Libaneses aún nada”. Fuadt Aljarrat viajaba asiduamente a Buenos Aires, dónde de varias instituciones árabes trajo siete estatutos. De estos mismos se elaboró un estatuto definitivo, el cual fue presentado al Sr. Habbib Haddad, médico de origen árabe al cual se le propuso a su vez, ser el Presidente de la “nueva entidad”. Aceptado el ofrecimiento, se nombra a Aciz Majul secretario, y a Fuadt Aljarrat pro secretario.

Como no se disponía de un lugar físico dónde encontrarse, los primeros encuentros se realizaron en el Restaurante del Sr. Ardetti, que cedía las instalaciones de su negocio en forma gratuita, aunque todos perseguían el objetivo de tener casa propia, “Su Sede Social”.

Con el fin de recaudar fondos, se realizaban bailes, reuniones y loterías familiares. También se cobraba una cuota a los socios, cuyo valor era de 1 m/h. 
Después de algún tiempo pudo concretarse el objetivo. La casa adquirida pertenecía al Sr. Yatay y se encontraba ubicada en calles Maipú y Bolívar.

Una de las prioridades era ayudarse a sobrevivir mutuamente, ya que el desprendimiento a su tierra debido a las guerras e invasiones había sido muy difícil. Ayudaba a esto también el hecho de que Gualeguaychú tiene paisajes muy parecidos a los de aquellos lejanos territorios.

Fueron tiempos duros, pues este desaliento sumado al idioma y la miseria reinante en general (1929 ­ 1930), dificultaba su relación con los habitantes de esta región, dónde además vivían otras colectividades (española, italiana, alemana, etc.). No obstante el idioma, pudieron desarrollar su actividad predominante: “el comercio”, no sólo por el buen manejo de las matemáticas, sino también favorecía su no dependencia al habla, pues en sus atados o baúles exhibían todo, desde alfileres hasta ropa y perfumes importados.

A pesar de que cada familia tenía su ocupación, necesitaban un lugar para congregarse, es así que el 15 de marzo de 1936 quedó fundada la Institución.

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