Por qué San Miguel Arcángel es Patrono de la Provincia de Entre Rios
Este 29 de septiembre, Entre Ríos honra a su patrono San Miguel Arcángel. Herencia de la tradición católica, esta devoción se remonta a los tiempos de la conquista española.
La cristiandad, desde la Iglesia primitiva, venera a Miguel como el arcángel que derrotó a Satanás y sus seguidores y los echó del cielo. Su nombre, de hecho, quiere decir “¿Quién como Dios?”.
Su devoción estaría ligada a la presencia en estas tierras de la Compañía de Jesús, la orden religiosa fundada en 1534 por Ignacio de Loyola, como una respuesta de la Iglesia Católica a la crisis religiosa planteada por el protestantismo.
La figura de arcángel -al que se lo suele representar con armadura de general romano, amenazando con una lanza o espada a un demonio o dragón-
empalma con la mística de una orden que fue concebida como un ejército que debía militar contra los errores propalados, según la ortodoxia católica, por Martín Lutero.
La conexión de San Miguel con Entre Ríos se vincula a la presencia de una estancia jesuítica de ese nombre, establecida en el siglo XVII en la zona comprendida entre La Picada y Diamante.
En la Historia Eclesiástica de Entre Ríos, Juan José Segura sostiene esta tesis: “La devoción al que sería designado más tarde patrono de Entre Ríos venía de muy antiguo. La ciudad (de Paraná) estaba enclavada en lo que había sido la estancia jesuítica de San Miguel, donde parece hubo un oratorio dedicado al príncipe de los arcángeles”.
Ahora bien, ¿cómo es que San Miguel se convirtió en patrono de Entre Ríos?
Según refieren los historiadores la devoción al arcángel compitió en su momento con la de Nuestra Señora del Rosario.
A tal punto la veneración estuvo dividida en la villa de Paraná que en 1823 el párroco Francisco Dionisio Álvarez tuvo la idea de llamar a los feligreses a una votación, para determinar quién sería el patrono de esa comunidad.
La elección se realizó el 1 de enero de 1825 en una urna colocada sobre un aljibe en el centro de la actual plaza 1° de Mayo de la capital entrerriana. Finalmente, la virgen fue elegida por mayoría de votos.
No obstante, los paranaenses no se olvidaron de San Miguel, y decidieron construirle un nuevo templo frente a la actual plaza Alvear.
Pero al arcángel, además, se le tenía reservado un mayor sitial: el del patronazgo entrerriano. Según cuenta Mario Alarcón Muñiz, en su libro “Entrerrianías”, ese privilegio fue producto de una iniciativa del presbítero José Leonardo Acevedo.
Delegado eclesiástico de Entre Ríos entre 1848 y 1858, Acevedo firmaba sus cartas y documentos con un sello que mostraba la imagen del santo y la inscripción:“Delegacía eclesiástica de la provincia de San Miguel de Entre Ríos”.
El entonces gobernador Justo José de Urquiza apoyó la petición del padre Acevedo y su respaldo fue decisivo, según cuenta Alarcón Muñiz.
“Mediante una bula pontificia de 1851, el Papa Pío IX –de buena relación epistolar con Urquiza- confirmó ‘a San Miguel Arcángel como especial patrono en toda la provincia de Entre Ríos en la América Meridional’”, relata.
Según refiere el misterioso libro del Apocalipsis, el último de la Biblia, donde se profetiza cómo será el fin de los tiempos, el arcángel Miguel, como capitán de las huestes de Dios, tendrá un papel decisivo en una suerte de guerra cósmica.
“Hubo un gran combate en los cielos. Miguel y sus ángeles lucharon contra el Dragón. También el Dragón y sus ángeles combatieron, pero no prevalecieron y no hubo ya lugar en el Cielo para ellos”, se lee allí.
BULA PAPAL
En respuesta a esto, el Papa emitió una Bula el día 5 de Diciembre de 1851 confirmando para la Provincia de Entre Ríos el Patronazgo de San Miguel, el día de su celebración, el conocido 29 de setiembre.
De inmediato el Delegado Eclesiástico envío circulares con fecha de 10 de setiembre a los párrocos, haciéndole saber que el domingo anterior al día de San Miguel, debían anunciar a sus feligreses, en todas las misas que “es día de ambos preceptos, expresándoles los poderosos motivos q.e tenemos para ello.”
Y enviaba la copia de la Bula que a continuación se transcribe:
“Provincia de Entre Ríos en América Meridional. Como en toda la Provincia de Entre Ríos en la América Meridional fuera proclamado y elegido San Miguel Arcángel como principal Patrono ante Dios, y por ello en la misma provincia por doquier se le tributan homenajes; su Clero y todos los fieles desean ardientemente que por un solemne Decreto de esta Santa Sede Apostólica, se tenga por ratificada y confirmada dicha elección, y para que la fiesta de la Dedicación de San Miguel Arcángel el 29 de Setiembre goce de todos los privilegios y prerrogativas que competen a los Santos Patronos principales, y se le festeje con rito doble de primera clase con octava.
Todos estos deseos fueron expuestos a Nuestro Santísimo Señor Pio IX Pontífice Máximo con muy rendidos ruegos por el noble Varón Don Justo José de Urquiza Gobernador y General en Gefe de la susodicha Provincia, y rogó a Su Santidad que se dignara conceder benignamente este Indulto Apostólico a la Provincia de Entre Ríos, para que entre esas muy lejanas gentes se arraigue cada vez más la Religión Católica y se difunda cada vez más, bajo el especial patrocinio de San Miguel, que por ser Defensor de la Iglesia de Dios y disipador de las tinieblas del error, no desiste de derrotar a los enemigos de la Verdad Evangélica y a todos sus conatos.
Y el mismo Santísimo Señor (el Papa) recibió estos ruegos muy complacido y habiéndoselo referido al suscripto Secretario de la Sagrada Congregación de Ritos, benignamente concedió todo lo pedido y confirmando la elección ya hecha de San Miguel Arcángel como Principal Patrono de la Provincia de Entre Ríos en la América Meridional, también concedió que allí la Fiesta de la Dedicación de San Miguel Arcángel Patrono, se le tenga con el rito que le compete, de primera clase con octava. Sin que obsten las disposiciones en contrario. Día 5 de Diciembre de 1851. A. Card Lambruschino Srrp.- I.G.Fatali, S.R.C. Secretario”.
La cristiandad, desde la Iglesia primitiva, venera a Miguel como el arcángel que derrotó a Satanás y sus seguidores y los echó del cielo. Su nombre, de hecho, quiere decir “¿Quién como Dios?”.
Su devoción estaría ligada a la presencia en estas tierras de la Compañía de Jesús, la orden religiosa fundada en 1534 por Ignacio de Loyola, como una respuesta de la Iglesia Católica a la crisis religiosa planteada por el protestantismo.
La figura de arcángel -al que se lo suele representar con armadura de general romano, amenazando con una lanza o espada a un demonio o dragón-
empalma con la mística de una orden que fue concebida como un ejército que debía militar contra los errores propalados, según la ortodoxia católica, por Martín Lutero.
La conexión de San Miguel con Entre Ríos se vincula a la presencia de una estancia jesuítica de ese nombre, establecida en el siglo XVII en la zona comprendida entre La Picada y Diamante.
En la Historia Eclesiástica de Entre Ríos, Juan José Segura sostiene esta tesis: “La devoción al que sería designado más tarde patrono de Entre Ríos venía de muy antiguo. La ciudad (de Paraná) estaba enclavada en lo que había sido la estancia jesuítica de San Miguel, donde parece hubo un oratorio dedicado al príncipe de los arcángeles”.
Ahora bien, ¿cómo es que San Miguel se convirtió en patrono de Entre Ríos?
Según refieren los historiadores la devoción al arcángel compitió en su momento con la de Nuestra Señora del Rosario.
A tal punto la veneración estuvo dividida en la villa de Paraná que en 1823 el párroco Francisco Dionisio Álvarez tuvo la idea de llamar a los feligreses a una votación, para determinar quién sería el patrono de esa comunidad.
La elección se realizó el 1 de enero de 1825 en una urna colocada sobre un aljibe en el centro de la actual plaza 1° de Mayo de la capital entrerriana. Finalmente, la virgen fue elegida por mayoría de votos.
No obstante, los paranaenses no se olvidaron de San Miguel, y decidieron construirle un nuevo templo frente a la actual plaza Alvear.
Pero al arcángel, además, se le tenía reservado un mayor sitial: el del patronazgo entrerriano. Según cuenta Mario Alarcón Muñiz, en su libro “Entrerrianías”, ese privilegio fue producto de una iniciativa del presbítero José Leonardo Acevedo.
Delegado eclesiástico de Entre Ríos entre 1848 y 1858, Acevedo firmaba sus cartas y documentos con un sello que mostraba la imagen del santo y la inscripción:“Delegacía eclesiástica de la provincia de San Miguel de Entre Ríos”.
El entonces gobernador Justo José de Urquiza apoyó la petición del padre Acevedo y su respaldo fue decisivo, según cuenta Alarcón Muñiz.
“Mediante una bula pontificia de 1851, el Papa Pío IX –de buena relación epistolar con Urquiza- confirmó ‘a San Miguel Arcángel como especial patrono en toda la provincia de Entre Ríos en la América Meridional’”, relata.
Según refiere el misterioso libro del Apocalipsis, el último de la Biblia, donde se profetiza cómo será el fin de los tiempos, el arcángel Miguel, como capitán de las huestes de Dios, tendrá un papel decisivo en una suerte de guerra cósmica.
“Hubo un gran combate en los cielos. Miguel y sus ángeles lucharon contra el Dragón. También el Dragón y sus ángeles combatieron, pero no prevalecieron y no hubo ya lugar en el Cielo para ellos”, se lee allí.
BULA PAPAL
En respuesta a esto, el Papa emitió una Bula el día 5 de Diciembre de 1851 confirmando para la Provincia de Entre Ríos el Patronazgo de San Miguel, el día de su celebración, el conocido 29 de setiembre.
De inmediato el Delegado Eclesiástico envío circulares con fecha de 10 de setiembre a los párrocos, haciéndole saber que el domingo anterior al día de San Miguel, debían anunciar a sus feligreses, en todas las misas que “es día de ambos preceptos, expresándoles los poderosos motivos q.e tenemos para ello.”
Y enviaba la copia de la Bula que a continuación se transcribe:
“Provincia de Entre Ríos en América Meridional. Como en toda la Provincia de Entre Ríos en la América Meridional fuera proclamado y elegido San Miguel Arcángel como principal Patrono ante Dios, y por ello en la misma provincia por doquier se le tributan homenajes; su Clero y todos los fieles desean ardientemente que por un solemne Decreto de esta Santa Sede Apostólica, se tenga por ratificada y confirmada dicha elección, y para que la fiesta de la Dedicación de San Miguel Arcángel el 29 de Setiembre goce de todos los privilegios y prerrogativas que competen a los Santos Patronos principales, y se le festeje con rito doble de primera clase con octava.
Todos estos deseos fueron expuestos a Nuestro Santísimo Señor Pio IX Pontífice Máximo con muy rendidos ruegos por el noble Varón Don Justo José de Urquiza Gobernador y General en Gefe de la susodicha Provincia, y rogó a Su Santidad que se dignara conceder benignamente este Indulto Apostólico a la Provincia de Entre Ríos, para que entre esas muy lejanas gentes se arraigue cada vez más la Religión Católica y se difunda cada vez más, bajo el especial patrocinio de San Miguel, que por ser Defensor de la Iglesia de Dios y disipador de las tinieblas del error, no desiste de derrotar a los enemigos de la Verdad Evangélica y a todos sus conatos.
Y el mismo Santísimo Señor (el Papa) recibió estos ruegos muy complacido y habiéndoselo referido al suscripto Secretario de la Sagrada Congregación de Ritos, benignamente concedió todo lo pedido y confirmando la elección ya hecha de San Miguel Arcángel como Principal Patrono de la Provincia de Entre Ríos en la América Meridional, también concedió que allí la Fiesta de la Dedicación de San Miguel Arcángel Patrono, se le tenga con el rito que le compete, de primera clase con octava. Sin que obsten las disposiciones en contrario. Día 5 de Diciembre de 1851. A. Card Lambruschino Srrp.- I.G.Fatali, S.R.C. Secretario”.
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