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Historias de Santa Fe - Villa Guillermina

VILLA GUILLERMINA

Historias de la Provincia de Santa Fe

Pasados ya los años 1960 del cierre de la Ăºltima fĂ¡brica de tanino, en La Gallareta, los pueblos forestales constituyen espacios histĂ³ricos de interĂ©s.


En el norte de la provincia de Santa Fe Chaco santafesino, llanura rodeada de bosques ricos en maderas industriales, el quebracho colorado se mostraba como un inmenso yacimiento que fue atacado por diferentes frentes. Esa explotaciĂ³n generaba una “apariencia de progreso” que hacĂ­a “brotar” pueblos en medio de los bosques como Villa Guillermina, Villa Ana, La Gallareta, Golondrina, Intiyaco, Colmena, Garabato y otros en tierras que hasta entonces eran lugares de correrĂ­a de cazadores y recolectores indĂ­genas. No se puso ningĂºn empeño en la preservaciĂ³n de ese recurso que era y podĂ­a ser renovable.




AsĂ­ la “Compañía Forestal del Chaco”, llega a 1ª productora de tanino mundial. Absorbida por capitales ingleses y franceses constituye la “Compañía de Tierras, Maderas y Ferrocarriles La Forestal Ltda.”, y fusionada con nuevos capitales dominĂ³ los departamentos de 9 de julio, Vera y General Obligado en Santa Fe, contando con seis fĂ¡bricas de tanino, 400 km de vĂ­as fĂ©rreas, policĂ­a y moneda propia “el vale”.
Su herencia fue una explotaciĂ³n irracional del bosque, y en una serie de poblados creados tambiĂ©n con el mismo criterio, es decir, transitorios, sujetos a la fatalidad del agotamiento del quebracho, donde el interĂ©s privado de la compañía extranjera se antepuso al interĂ©s pĂºblico del gobierno nacional y provincial. Una vez elegido el sitio para el pueblo, como allĂ­ no se trataba de colonizar ni de subdividir para vender lotes destinados a chacras o a la ganaderĂ­a, La Forestal, sin intervenciĂ³n estatal, con sus propios ingenieros y tĂ©cnicos, sin denunciar trazado, hizo relevamientos, trazĂ³ planos e iniciĂ³ la tarea de construir edificios, viviendas, fĂ¡bricas, conservando el dominio sobre toda la tierra. En 1952 abandonĂ³ la explotaciĂ³n.

* Cada pueblo, construido muy rĂ¡pidamente, comprendĂ­a:
o una fĂ¡brica de tanino (cinco en la provincia de Santa Fe: La Gallareta, Villa Ana, Villa Guillermina, Tartagal, Santa Felicia)
o edificios para la administraciĂ³n, para habitaciĂ³n del gerente y empleados casados, una “solterĂ­a” para empleados; para obreros, ranchos o viviendas modestas para peones, alejadas del centro urbano donde se levantaban las construcciones principales, la casa de visitas, el gran almacĂ©n de ramos generales, panaderĂ­a y carnicerĂ­a.
o arbolado
o calles rectas bien cuidadas, algunas tapizadas con aserrĂ­n de quebracho
o club deportivo, cancha de golf
o todos los servicios, luz elĂ©ctrica, agua corriente, fĂ¡brica de hielo, sistema cloacal, farmacia y mĂ©dico

Son pueblos que nacieron “adultos” dentro del criterio de lo que es un pueblo a principios de 1900.
Su fisonomĂ­a de pueblos forestales se mantiene casi intacta y recorriĂ©ndolos se revive la Ă©poca de la explotaciĂ³n del quebracho colorado. Los documentos escritos muestran: sistemas de trabajo, crĂ©dito, pago, convenios de trabajo y de seguro, atenciĂ³n de la salud, registros de empleos, reuniones sociales, funciones de cine, bailes, educaciĂ³n y comunicaciones.


La Forestal dejĂ³ una historia muy polĂ©mica, e historias fascinantes; la nostalgia de una Ă©poca de esplendor, las frustraciones de sucesivos intentos de reactivaciĂ³n de los pueblos a travĂ©s de la industria, una mentalidad dependiente difĂ­cil de revertir y una idiosincrasia que prevaleciĂ³ a las formas culturales forĂ¡neas.

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