Historia de Alvear, Corrientes

Introducción

En este trabajo de investigación histórica de la ciudad de Alvear se volcó todo el esfuerzo posible a conciencia y con amor. Pues un pueblo es un mundo que nació, y en un mundo que es cambiante, muchos desaparecieron y con él, ellos; hay memorias en los pueblos que deben ser conservadas, por sus hijos, porque los hijos son de alguien y en ese pueblo hay profundas raíces de tradición y cultura que deben ser rescatadas antes de que hayan desaparecido o guardadas en el olvido.
Es importante destacar que la forma de hacer y de aprender Historia está basada en el estudio de datos concretos y fuentes comprobables y fidedignas.

Tratando de respetar estos conceptos se realizó esta ardua tarea debido a limitaciones respecto a la enorme falta de documentación, archivos, o colecciones periodísticas, referente al acerbo histórico cultural alvearense.
El objeto de este estudio es reflejar la más pura verdad, porque ella es eterna, y con verdad perdurará en el tiempo, en esta tierra correntina.
Dicho estudio histórico ha sido confeccionado a través de diferentes etapas.
La primera fue realizada en visitas a la municipalidad en busca de informaciones, allí se proporcionó la "Historia de la ciudad", de Federico Palma.
Dialogamos con varias personas de edad avanzada, quienes gentilmente brindaron datos y documentación personal. Herederos de aquellos que de una u otra forma participaron en la evolución y desarrollo de la localidad.

En la segunda etapa efectuamos fichajes de los libros históricos de cada una de las instituciones públicas, comerciales y educacionales.
Además del material recogido sirvió para el trabajo con abundante documentación; libros de Actas, registros, archivos de periódicos, de Comercios y bibliotecas particulares, así llegamos a la fase final que consistió en volcar todo el material obtenido: Desde la fundación, organización, primeros comercios, instituciones públicas, y la educación hasta nuestros días. En definitiva se recolectó los hechos del pasado que estuvieron al alcance, pero para exponerlos, para fortalecer nuestras conciencias, afirmar nuestras ideas y vislumbrar un futuro de progreso, gloria y ventura.
Es el caso de quienes hicimos este trabajo, Elida Vasconcellos de Beller y Jorge Acuña.
La Señora Elida, ex residente en Alvear y casada con un alvearense, y en mi caso, hijo de Marcelino Acuña, nieto de alvearenses, mi Abuela paterna Catalina María Hidalgo Barberán y mi abuelo Jorge Acuña, hijo de Marcelino Acuña y de Mercedes Galván, propietario del Establecimiento de Campo "Topador", situado en la tercera sección del departamento, que heredó parte de sus padres, mis bisabuelos paternos.
Y mi abuela Catalina "Chiquita" Hidalgo, también hija de Tobías Hidalgo.
Con mi padre y mi abuela Chiquita, aprendí mucho de la historia de Alvear, también me enseñaron a querer a ese pueblo, y me pareció ser por mi parte también un homenaje a ellos, a quienes amé con todo mi corazón.

Años anteriores a la Fundación

A mediados del siglo XVIII en un paraje vacío y desolado, los jesuitas habían edificado una pequeña y rústica capilla, que puesta bajo la advocación de Santa Ana, ayudaba al arraigo de la fe entre los aborígenes, sirviendo a la vez de hito jurisdiccional.
En 1768 pasó por ese lugar el gobernador de Buenos Aires, Buccarelli al efectuar personalmente la expulsión de los Jesuitas, haciendo desaparecer la expresión material de la fe, quedando apenas incluido en la cartografía colonial como un punto de tránsito hacia las misiones orientales, sin arraigo de población. El lugar que era llamado "Paso de las Piedras".
Sin lograr desarrollo en el año 1800 a 1810 figuraban apenas en la toponimia de la región para señalar un paso seguro, pese a la profundidad que el Río Uruguay tiene en la zona.
Desde el punto mismo donde se encuentra hoy la ciudad de Alvear, en 1817 Andresito inició, por Itaquí, la invasión a las misiones portuguesas al frente de de dos mil hombres.
El gobernador Atienza el 7 de diciembre de 1837, habilitó por decreto ese paraje, y el de Santa Ana, para la extracción de ganado caballar.
Como consecuencia del establecimiento político y jurídico de la pequeña aldea, sin siquiera un nombre que la identifique comenzaba a ser conocido como "Itaquí", voz guaraní que quiere decir piedra blanca, como una repetición del Itaquí, portugués ubicado al frente de, río por medio. El reducido núcleo de pobladores, en su mayoría, aborígenes de los que aún quedan vestigios en la Laguna Guaraní, y algunos hombres blancos, que posiblemente, fueron los antiguos pobladores, anteriores al documento de la fundación, empezó a aumentar, quienes con sus inquietudes, se erigieron pioneros del progreso.

Fundación

Durante la gobernación de Don Miguel Lagraña, la Legislatura autorizó al Poder Ejecutivo Provincial, a fundar un pueblo, el que comprendería desde el río aguapey hasta el "Cuai Chico" sobre la costa del río Uruguay y en el departamento de la Cruz.
Una tradición popular equivocada, de la zona, hacía nacer al Brigadier General Carlos María de Alvear", en una casa existente en la región en el lugar denominado "Paso de la Piedras", a un kilómetro aguas arriba del actual puerto Alvear.
El equívoco tiene origen, en el largo período que el padre del Brigadier General Alvear, incluso el referido, recién nacido, vivió en la localidad.
Pero en realidad había nacido en (Santo Ángel Guardián de las Misiones, antigua reducción jesuítica de las Misiones Orientales o de "El Tapé" actualmente Santo Ângelo en territorio anexado al estado brasileño de Río Grande del Sur tras la Convención Preliminar de Paz).
Sus nombres de pila bautismal fueron Carlos Antonio del Santo Ángel Guardián[] y era hijo del noble español Diego de Alvear y Ponce de León y de la bella joven porteña María Balbastro.
El territorio que pertenecía antes a la ciudad de Corrientes, y que luego pasó a pertenecer al Brasil.
El nombre del pueblo se atribuye al tiempo en que el General vivió en Alvear, pues era encargado de la demarcación de las fronteras españolas-portuguesas. Quien mantenía relaciones amistosas con los vecinos brasileños, los que enviaban mercaderías desde Itaquí, el General respondía a sus servidores: "esto es para Alvear", quedando así el pueblo con el nombre del entonces residente.
Y cuando el Gobernador Lagraña, reunido en el Congreso General sanciona la Ley creadora, ordena que llevara el nombre de Alvear.
La Ley en su articulado dice lo siguiente:
-Autorizase, al Poder Ejecutivo para la fundación de dos pueblos, uno en la costa del rio Uruguay, departamento de la Cruz, en el Paso de Itaquí, y otro en la costa del río Paraná, departamento de Bella Vista.
-El pueblo fundado en Itaquí se denominará Alvear y el de la costa del Paraná, Lavalle.
-Desígnese para dichos pueblos y sus ejidos, para el de Alvear, el terreno comprendido, desde el río Aguapey, hasta Cuai Chico, y para el de Lavalle, todo el de propiedad pública que exista sobre el margen del río Paraná, desde el punto citado en el Artículo 1º, hasta las inmediaciones de Bella Vista.
-Señálese para cada pueblo un área cuadrada de tres mil varas por cada costado, que serán delineadas en manzanas de cien varas, de frente por calle de veinte varas de ancho. (La vara castellana, o de Burgos, la más extendida, medía 83,59 cm, y estaba dividida en dos codos o en cuatro palmos. Sirve de base para la medición de área conocida como manzana equivalente a 10.000 varas cuadradas (100 x 100 varas, es decir: 83,59 x 83,59 = 6.987,29 m2).
-Los ejidos mencionados en el Artículo 3º serán delineados y divididos en suertes de chacras con un área cuadrada de 450 varas por frente, cada una con una calle de 30 varas de ancho.
- queda igualmente autorizado el Poder Ejecutivo para erogar de los fondos públicos la cantidad necesaria par llenar los gastos de mensura y delineación de dichos terrenos.
-Comuníquese, al Poder Ejecutivo a sus efectos.
Sala de sesiones.
Corrientes, Febrero 9 de 1863.
Manuel Antonio Ferré.
Vicepresidente 1º
Pedro Matoso
Secretario

Decreto Reglamentario
El 7 de Abril el Gobernador Lagraña dictó el decreto reglamentario de la Ley de Fundación de Alvear, cuyo texto expresa:
"Para dar el debido cumplimiento a la Ley del 10 de Febrero, del presente año, que determina la fundación de un pueblo con el nombre de Alvear, en la costa del río Uruguay, en el Paso de Itaquí, Departamento de la Cruz, en uso de la autorización que por dicha Ley se le confiere, y de la facultad que le compete para reglamentar y proveer todo lo necesario para la enajenación de la suerte de chacras y casas, en la extensión del terreno destinado para el efecto ha acordado decreta:
- Procédase a la delineación y amojonamiento de toda el área de terreno destinada por la expresada Ley del 10 de Febrero para el pueblo de Alvear y sus ejidos, con arreglo a lo determinado por dicha Ley y con calidad de formar dos planos demostrativos de esta delineación, los cuales se conservarán, uno en el pueblo y otro en la Secretaría de Gobierno.
-Designase dos manzanas para plazas, en los lugares distintos y a propósito para el objeto.
-Los sitios de casa ubicados en el área del pueblo, así como las suertes de chacras comprendidas en los demás terrenos, destinados al efecto, serán enajenados, por títulos de venta, a los que lo denunciarán, teniendo derecho de prelación los actuales poseedores.
-Los sitios de casa se venderán, a razón de cuatro reales moneda metálica la vara de su frente, debiendo considerarse tal en los de esquina, al costado de mayor número de varas.
- Las suertes de chacras se venderán, en la cantidad de treinta pesos metálicos, con la extensión que le señala la citada Ley del 10 de Febrero.
-El producto de estos enajenamientos será invertido, en la construcción de un templo, y demás edificios públicos necesarios, que determinará el gobierno de acuerdo con la autoridad local y una comisión al efecto.
-En su virtud, resérvense los solares suficientes en puntos adecuados para la creación de unas casas para Juzgados y Municipalidad, para Escuela, Cuartel, etc.
-Quedan en vigencia para los adquirentes las anteriores disposiciones relativas a la adquisición de suertes de chacras en los demás pueblos, muy especialmente las que se refieren a la obligación y plazos en que deben cercarse y edificarse aquellas.
-Una Comisión compuesta del juez de Paz del Departamento de la Cruz y de los señores Don Juan Crisóstomo Hidalgo y Don Felipe Pucheta queda encargada de la venta y recaudación del valor de los sitios del pueblo y de las chacras, debiendo ella misma otorgar el presente recibo, el cual servirá de título provisorio a los compradores hasta que obtengan el de firmeza y permanencia.
-La misma comisión es autorizad para arreglar el número de haciendas, que los vecinos deben conservar en los lugares de chacras, para el servicio de los establecimientos y reglar también lo concerniente a este ramo, con el fin de evitar el perjuicio consiguiente en las sementeras.
-Comisionase especialmente al agrimensor Don Francisco Lezcano para proceder a la delineación enunciada bajo las condiciones prescriptas en el Artículo 1º y demás instrucciones que el gobierno dará por separado.
Corrientes, Febrero 10 de 1863.
Cúmplase la presente honorable sanción, téngase por ley de la Provincia, publíquese y dése al R.O. Lagraña.
Tiburcio Fonseca

El Fundador

Nació en Corrientes el 22 de Febrero de 1821, hijo de don Francisco Javier de Lagraña y de Doña Rosalía Acosta.
Hombre de gran fortuna personal, dotado de imponente cultura y educación, concurrió al Convento franciscano, protegido de Fray José de la Quintana.
En 1856 fue diputado por Curuzú Cuatiá, presidente de la casa de la Moneda y del Banco Hipotecario de Corrientes.
Miembro del Concejo de Educación de la Provincia.
El 28 de diciembre de 1862, ocupó la primera magistratura provincial, como consecuencia de la renuncia del presidente Derqui.
Durante su gobierno (1862-1865) se restableció el pueblo de Santo Tomé, que había sido destruido por la invasión portuguesa, se fundaron los pueblos de Lavalle, e Ituzaingó y se creó el departamento de Lavalle.
Reformó la Constitución Provincial, la que fue sancionada el 25 de mayo de 1864.
Antes de finalizar su mandato se produjo la intromisión paraguaya a la provincia y se inicia la guerra que culminaría con la derrota del Mariscal Francisco Solano López ante la Triple Alianza, formada por Brasil, Uruguay y Argentina.
Los Primeros Habitantes:
En el ambiente había pocos pobladores autóctonos, porque la zona era un lugar de paso hacia Brasil sin población estable, ente ellos se puede mencionar a:
Don Ceferino Cabrera. Don Joaquín José de Acevedo, Don Martín Goicos establecido en 1857, Martín María Fontella, el capitán Claudio Ortega, Antonio Herrara Oliva, arraigados en 1860, Emilio Escobar, Don Mauel a. Hoz y Savalegui en 1861, Don Manuel J. de Silva, Don Pedro Romero, Don Cirilo Leiva, Don José Domingo Alegre, Don Pedro r. da Souza, Don Manuel Aguerreberri en 1862, número que va aumentando con el establecimiento político y jurídico del pueblo.
Luego arribaron los señores:
Juan Crisóstomo Hidalgo, Eladio Hidalgo, Melchor Cancelo, Marcelino Acuña, el Mayor Benjamín Varela, Francisco Lezcano, Rito Medina, Luis Cericela, Victoriano Rivero, Felipe Pucheta, Carmelo Verón, Pedro Baera, Pastor Barberán, Victoriano Ballesteros, Justo A. Vallejos, Juan Crisóstomo Leiva, Bernardo Silva, Eugenio N. Vales, Juan San Martín, Escolástico Saucedo, Leonardo Lllama, Vicente Báez, Francisco Casco, Nicolás Delgado, Juan P. Zamudio, Dionisio Gómez, Juan L. Luaretta, Bonifacio Sánchez, Francisco Sussini, José Carmelo Belmont, Nazario Burgos, Alfredo Pomattelli, José Casals, Salvador Casals, Jaime Sitja, Marcelino Gómez, Joaquín A. Silveira, Ramón Goya, Lorenzo Verón, Juan Pío Harrolla.
Los hermanos Clavell de nacionalidad francesa, picapedrero, que hicieron el reloj de sol del centro de la plaza, el ingeniero Andrés Rojas, que había venido con la empresa francesa que construía el ferrocarril, que más tarde se vendió a los ingleses.
El ingeniero Ángel Choca de origen italiano, quien contrajo matrimonio con la hija del Señor José Casals, Arístides Cóppulo y Nicolás Trava, ambos griegos quienes constituyeron una pequeña colonia de esa nacionalidad, que resultó un aporte a la formación del pueblo.
Jorge Urquiza, de nacionalidad española y Don Rómulo Casals, brasileño, de profesión fotógrafo.
Las personas que se instalaron traían un extraordinario espíritu de trabajo y muchas ganas de labrar la tierra y progresar, siendo muy pocos los que venían con capital.
Estos últimos compraron campos y se dedicaron a la ganadería y agricultura, algunos montaban pequeñas industrias, otros se empleaban para la administración de campos, chacras, etc. pero con la firme idea firme, honesta y leal de progresar.
Primer Gobierno Local:
Se estableció el primer gobierno local, el 10 de abril de 1865, ejercido por la Comisión de Solares presidida por Don Pedro romero e integrada por los vocales, Don Juan Leiva y el Capitán Claudio Ortega.
Su función era vigilar la delineación que debían seguir los edificios públicos, cuidar de la conservación de los mojones y del cumplimiento de las condiciones de población.
La guerra con el Paraguay concluyó, y este fue el primer intento de gobierno comunal.

La primera casa de material

La edificación de esta vivienda, comenzó al año de la fundación del pueblo, pero en esa fecha, 1864 estalla la guerra con el Paraguay y fueron convocados los hermanos Hidalgo para incorporarse al ejército de la Triple Alianza, por lo que la obra debió suspenderse.
En 1871 licenciados ya, de su labor como soldados, regresaron par proseguir la construcción, encontrando sólo ruinas de la misma, pues los marcos de puertas y ventanas, habían sido arrancados y quemados, probablemente para leña. Aún así al año siguiente estaba ya edificada la casa mas antigua de la localidad, ubicada entre las actuales calles: Centenario y Eladio Hidalgo.
Su propietario Eladio Hidalgo, miembro de una familia de honda raigambre colonial, fiel servidor de la provincia.
Nació el 18 de febrero de 1810, educado con fray de la Quintana. No se dedicó al ejercicio de las armas como los demás hombres de su hogar, sino que prefirió el oficio de carpintero y más tarde al comercio de ramos generales, denominado "La fundadora".
Ejerció diferentes cargos públicos, accionando siempre al desarrollo y el progreso de la comuna.


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