
LEYENDAS DE PARANA DEL 1900
Personajes de Puerto Viejo
En las barrancas del Parana, en el paraje conocido por Puerto Viejo, llama la atencion de los pasajeros que van hacia Santa Fe o siguen hacia el note, una casucha de cañas que resguarda la entrada de un gran socavon a cuya puerta esta siempre sentado un viejo de blanca barba con aire indolente mira el vaiven de las olas que ruedan a sus pies y dormita al monotono golpear del agua sobre la playa pedregoza.Un sendero tortuoso que como un camino de hormigas baja desde el socavon hasta una rancheria que hay al pie de la barranca, es la unica via de comunicacion que liga al viejo solitario con el resto del mundo, y el, cuando nota que alguien sube hacia su retiro, penetra a su cueva antes que llegue el visitante y se encierra en ella.

El prolongado silencio a que se ha condenado don Amadeo, le ha hecho olvidar su idioma nativo, y hoy, dicen las pocas personas que han estado en comunicacion con el, se expresa con suma dificultad.
El misantropo, como se ve en las fotografias que reproducen nuestros grabados, goza de cabal salud y hasta tiene aire de hombre satisfecho de la vida, no traduciendose en su rostro los desgaños que le atribuyen en las leyendas que circulan a su respecto. La cueva que habita, se halla a treinta metros de altura, en una barranca casi cortada a pico, que mide alrededor de cuante y es la curiosidad que se muestra a los pasajeros que visitan la comarca.
Revista Caras y caretas 26/1/1901, n.º 121