La Leyenda del Pez Dorado
LEYENDA DEL PEZ DORADO
Esta leyenda tuvo lugar a orillas del RÃo Paraná, allà vivÃa una humilde familia indÃgena. Esta familia se componÃa de muchos hijos pequeños que crecÃan sanos y felices, gracias a la dedicación y los esfuerzos de sus padres. Sin embargo, habÃa un hijo de nombre Angaa que en vez de estar agradecido por todo lo que hacÃan sus padres por todos ellos, nunca estaba conforme sino que más bien tenÃa una actitud de querer más y más.
Transcurrieron los años y la familia siguió para adelante, se ayudaban entre sà y colaboraban. Inclusive en sus tratos con los demás, se hacÃan querer y eran muy valorados en el entorno de aquel lugar. Pero Angaa se distinguÃa por hacer lo contrario, solo pensaba en él y en obtener más riqueza sin importar como las conseguÃa.
Su actitud egoÃsta le impedÃa colaborar con sus padres y hermanos, no le interesaba para nada los demás y asà lo demostraba con los suyos. Su ambición no lo dejaba ver, solo estaba enfrascado en obtener más oro y el brillo lo cegó completamente.
Su ambición creció tanto que fue en busca de todo el oro del mundo, de hecho quiso adueñarse de todo el oro que habÃa, su afán desmedido lo hacia amontonar el oro y lo veneraba. De todas maneras, siempre estaba insatisfecho y nada lo llenaba.
Claramente no tenÃa en cuenta a nadie y mucho menos respeto por otros, hasta el grado de ni siquiera acordarse del Dios Tupá. En cambio los indÃgenas lo veneraban y atribuÃan a esta deidad como la creadora de la luz y el universo, quien tenÃa su morada en el Sol como fuente de energÃa y luz.
Como es de esperarse el Dios Tupá observaba el egoÃsmo de Angaa y ya no lo toleraba, asà que un dÃa actuó con voracidad y lo castigó. Cansado de verlo amar el oro y su brillo, le grito del cielo diciendo:
¿Quieres oro?…
Entonces Tupá afirmó: En oro te convertiré y fundió en oro el cuerpo de Angaa para siempre, arrojándolo al rÃo…
Asà nace la leyenda del Pez Dorado, un pez siempre hambriento y al que todo le resulta poco…
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