Parana - El Inolvidable Puerto Viejo - Parte 2
PUERTO VIEJO ANTES DE SER PUERTO VIEJO.
El Inolvidable Puerto Viejo Parte 2
Un recorrido general por el aspecto histĂ³rico del barrio. Desde la conquista española hasta principios del siglo XX.
Los comienzos del poblado
Podemos situar los orĂgenes de la ciudad de ParanĂ¡ a mediados del siglo XVII, en el pequeño desembarcadero, al que los primeros pobladores españoles, llamaron “La Baxada”. Habitantes que ocuparon esta costa cuando Santa Fe fue trasladada desde CayastĂ¡ a su emplazamiento actual, atraĂdos por las riquezas de las tierras, los yacimientos de cal y el ganado cimarrĂ³n.
Estas tierras fueron propiedad de don Juan de Garay, fundador de Santa Fe y luego de sus sucesores, para, mĂ¡s tarde, ser parte de las numerosas posesiones de la CompañĂa de JesĂºs .
El caserĂo comenzĂ³ a formarse en lo alto de la barranca, donde quedaba mĂ¡s protegido de los ataques de los originarios pobladores indĂgenas, a quienes los españoles, en poco tiempo, exterminaron.
En principio fue la ganaderĂa la principal fuente de recurso, y le siguiĂ³ la explotaciĂ³n de bosques y caleras. Fueron los Jesuitas los primeros en explotar la cal y el yeso para exportarlos a Santa Fe, Corrientes, Buenos Aires y AsunciĂ³n. Pero la situaciĂ³n de dependencia con Santa Fe debiĂ³ soportarse muchos años, a pesar de la relativa autonomĂa del poblado con las autoridades españolas y de la creaciĂ³n de la Parroquia de la Bajada (1730) que, como era costumbre en aquellas Ă©pocas, se encargaba no solo de los asuntos religiosos, sino tambiĂ©n de los administrativos y polĂticos. Esta situaciĂ³n de dependencia impedĂa el eminente progreso comercial del poblado, ya que debĂa pagar numerosos impuestos al cabildo de Santa Fe.
Otro de los impedimentos de crecimiento fueron los derechos de dominio y posesiĂ³n que obligaban a los pobladores a pagar arrendamiento bajo amenaza de desalojo.
DespuĂ©s de sucesivas adjudicaciones por herencia, estas tierras pasaron a propiedad de doña MarĂa Francisca Arias Cabrera y Saavedra de Larramendi, heredera de Hernandarias y sus sucesores. Ella donĂ³ a la Iglesia una parte importante de dichas tierras, y quedĂ³ su administraciĂ³n en manos de la Curia EclesiĂ¡stica.
Como dato ilustrativo podemos citar un pequeño fragmento del Diario de NavegaciĂ³n del CapitĂ¡n de Fragata don Juan Francisco Aguirre, en su paso por ParanĂ¡ en 1784:
“…pasaron de 600 los pobladores de estas tierras, entre las cuales a excepciĂ³n de contadas personas que obtienen posesiĂ³n por compras autorizadas por la justicia, los demĂ¡s estĂ¡n en el aire. Luego que empezaron a poblarse, los ascendientes de los Larramendi, alegaron señorĂo [autoridad, potestad] y en efecto les pagaban arrendamiento algunos pobladores”
Las industrias fueron creciendo y gracias a la polĂtica liberal de fines del siglo XVIII, que impulsa una corriente migratoria, en su mayorĂa vascos y catalanes, Ă©stos se instalan en nuestras costas dĂ¡ndole nuevas posibilidades a la actividad portuaria.
Un dato interesante, correspondiente a estadĂsticas de 1809, afirma la existencia de
“cuarenta y dos comercios entre tiendas y pulperĂas, nueve fĂ¡bricas de jabĂ³n y de elaboraciĂ³n de grasa y sus derivados, once caleras, tres curtidurĂas, dos hornos de ladrillos y tejas, cinco zapaterĂas, lomillerĂas y tahonas , cuarenta carros y muchas carretillas”
La RevoluciĂ³n por la independencia se avecinaba y fue doña Gregoria PĂ©rez de Denis, una vecina del Puerto, quien contribuyĂ³ a la causa patriĂ³tica, mediante el ofrecimiento de estancias y ganados al General Belgrano.
“Como representante de la Junta [de gobierno, Belgrano] dispuso medidas de propaganda revolucionaria para lo cual distribuyĂ³ papeles pĂºblicos y gazetas; se interesĂ³ de un modo especial por las aspiraciones de la poblaciĂ³n que, desde años, venia trabajando para que el caserĂo de La Bajada, alcanzase la categorĂa de Villa y en tal sentido dispuso que el Coronel Eustaquio Giannini, ingeniero hidrĂ¡ulico delinease la poblaciĂ³n e hiciese un plano de la misma como primera providencia…”
El honroso paso del General Juan Manuel Belgrano y sus tropas por la Baxada del ParanĂ¡, y particularmente por los caminos del antiguo barrio portuario, quedĂ³ plasmado en la memoria de algunos pobladores que se lo transmitieron a sus descendientes:
“En la casa grande, dando la vuelta como para ir al parque nuevo, donde vivĂan los Bosch, ahĂ durmiĂ³ Manuel Belgrano por ocho horas y ni siquiera pusieron una cadena alrededor, para que no destruyeran la casa” , comentĂ³ en una entrevista la Sra. MarĂa Catalina de Corsiglia, ex vecina de Puerto Viejo.
Esta fue una de las antiguas casonas que caracterizaron este sector, y data de principios de 1800.
En 1813, despuĂ©s de insistentes acciones y en Asamblea General Constituyente se eleva al pueblo de La Bajada a la categorĂa de Villa, bajo la advocaciĂ³n de Nuestra Señora del Rosario.
No sĂ³lo Belgrano se alojĂ³ en este barrio, otros visitantes, que a continuaciĂ³n nombraremos, tambiĂ©n encontraron allĂ la hospitalidad de los vecinos de la Baxada.
Numerosos cientĂficos extranjeros, atraĂdos por los ricos suelos y los bancos de fĂ³siles de la zona del actual Puerto Viejo, recorrieron el lugar dejando plasmados en diferentes obras, los resultados de sus hallazgos. Investigadores como el reconocido naturalista InglĂ©s Carlos Darwin, quiĂ©n pasĂ³ por estas costas en 1833, para analizar el aspecto geolĂ³gico de la regiĂ³n; el Dr. GermĂ¡n Burmeister, mĂ©dico y naturalista alemĂ¡n que estudiĂ³ la fauna, la flora y la geologĂa de nuestras barrancas y viviĂ³ durante aproximadamente un año (1858) a la vera del rĂo en una quinta situada en la zona portuaria; Augusto Bravard, ingeniero de minas de origen francĂ©s, hizo verdaderos aportes a la ciencia argentina, particularmente en el terreno de la geologĂa y la paleontologĂa y MartĂn de Moussy, mĂ©dico y geĂ³logo francĂ©s, que viviĂ³ varios años en Entre RĂos en Ă©pocas del Gobierno de la ConfederaciĂ³n, dejĂ³ un valiosĂsimo trabajo de tres volĂºmenes “Description geographique et statistique de la ConfĂ©dĂ©ration Argentine”, obra maestra en su gĂ©nero, que ademĂ¡s contiene la imagen mĂ¡s antigua que se conserva de esta zona portuaria (citada mas adelante). Moussy tambiĂ©n fue colaborador cientĂfico del periĂ³dico Oficial del Gobierno de la ConfederaciĂ³n “El Nacional Argentino”.
En 1854, el gobierno del General Urquiza, creĂ³ un Museo Nacional en ParanĂ¡, cuya direcciĂ³n presidiĂ³ el coronel Alfredo Du Graty, quien enviĂ³ un selecto conjunto de muestras de minerales a la ExposiciĂ³n Universal del ParĂs de 1855, logrando dicha muestra menciĂ³n honorĂfica.
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