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Parana - Plaza Alvear e Iglesia San Miguel

Iglesia San Miguel

Plaza Alvear e Iglesia San Miguel

Parana, Entre Rios

"...El Templo elevado bajo la advocaciĂ³n de San Miguel, empezĂ³ a construirse en 1822 por iniciativa del entonces Cura PĂ¡rroco Dr. AntolĂ­n Gil y Obligado..."

"...el solar que ocupa la Iglesia, frente a la Plaza Alvear, sufriĂ³ una sustancial modificaciĂ³n en su orientaciĂ³n, ubicaciĂ³n y superficie, a consecuencia de la formaciĂ³n de la dicha Plaza, mandada por la ley de la Legislatura de fecha 29 de Marzo de 1836. La misma ley dispuso que de la nueva plaza arrancara una Avenida o Alameda, directamente hasta el Puerto. La Alameda fue trazada de inmediato y su construcciĂ³n se llevĂ³ a cabo sin pĂ©rdida de tiempo" (Hoy Calle Rivadavia)

"...La nueva vĂ­a parte del Ă¡ngulo nord-oeste de la plaza y toma una direcciĂ³n diagonal hacia dicho rumbo, hasta llegar a la barranca del rĂ­o, donde termina para continuar como simple calle hasta alcanzar la ribera, en el lugar entonces utilizado como puerto de la ciudad..."


" Con toda probabilidad, el frente del templo debĂ­a mirar primitivamente hacia el Oeste, hacia la prolongaciĂ³n de la calle hoy llamada Buenos Aires y entonces denominada San Miguel. Pero el trazado y dimensiones dada a la nueva plaza, asĂ­ como la apertura de la avenida, obligĂ³ a cambiar el frente de la iglesia, que quedĂ³ sobre la plaza y en la esquina en que arrancaba la nueva calle. El nombre dado a la calle San Miguel, comprueba que el Templo daba frente a la dicha arteria. Confirma este aserto, el hecho que hoy puede ser verificado, de que la Capilla primitiva con que se iniciĂ³ la construcciĂ³n del Templo, daba frente a la calle San Miguel y por esta tenĂ­a acceso el pĂºblico. Por otra parte, es lĂ³gico inferir que la iglesia no podĂ­a dar frente al Sur hacia una calle que no existĂ­a en 1822, pues el molino del Sr. GarrigĂ³s no estaba limitado por la actual calle MĂ©jico que corre frente a la Plaza Alvear, sino por otras propiedades particulares. Queda pues como incontestable, la suposiciĂ³n de que la primitiva Capilla edificada que actualmente se conserva detrĂ¡s del Altar Mayor de la Iglesia, debiĂ³ construirse con su frente a la calle San Miguel, hoy Buenos Aires"


" ocupar esta manzana una de las alturas mĂ¡s pintorescas de la ciudad, con una vista al rĂ­o de sin igual hermosura, permaneciĂ³ casi baldĂ­a hasta despuĂ©s de la primer mitad del siglo XIX. La construcciĂ³n de la Iglesia San Miguel, ejerciĂ³ alguna influencia para el progreso de esos lugares, pero la prolongada paralizaciĂ³n de la obra, se tradujo en el estancamiento del adelanto edilicio y en la difĂ­cil parcelaciĂ³n del terreno."




"...En general, toda la zona del norte de la ciudad, comprendida entre las actuales calles Buenos Aires y Salta, estaban despobladas y bajo el dominio de la Parroquia, que permitĂ­a que gentes pobres las ocuparan. En las mismas condiciones se encontraban los demĂ¡s terrenos que se extendĂ­an hasta el Puerto, situado en el bajo terminal de la Alameda, salvo las barrancas que poseĂ­an canteras de calizas, y se explotaban por sus propietarios. El valor de la tierra en esas regiones era tan insignificante, que como lo dijimos anteriormente, el Cura Vidal, donĂ³ a nombre de la Curia al moreno Teodoro Romero, una fracciĂ³n compuesta de ciento cincuenta varas por cada lado. La poblaciĂ³n que vivĂ­a en esos parajes, aun cubiertos de la espesa vegetaciĂ³n caracterĂ­stica de las barrancas del ParanĂ¡, estaba compuesta por morenos, en buena parte esclavos, que durante los sĂ¡bados por la noche celebraban sus danzas africanas, conservadas por tradiciĂ³n. Los bailes mencionados se acompasaban con tamboriles y panderos, cuyos sones y redobles llegaban hasta el centro de la ciudad. De ahĂ­ que popularmente se denominara esa zona "el barrio del tambor", que ha conservado hasta pocos años hace."
La Plaza

"...Comprendida entre las calles Buenos Aires, San MartĂ­n, Laprida y MĂ©jico. Actual plaza Alvear. Este terreno perteneciĂ³ en posesiĂ³n a don Juan GarrigĂ³s, fue a principios del siglo XIX estableciĂ³ en el mismo un molino de trigo, por lo cual el sitio se conociĂ³ con el nombre de "El Molino". El Sr. GarrigĂ³s hizo donaciĂ³n de sus derechos a favor de la ciudad, para que en Ă©l se formara una plaza pĂºblica. El 29 de marzo de 1836 se dictĂ³ una ley disponiendo la formaciĂ³n de la plaza que debĂ­a tener por nombre el del gobernador de la provincia, general don Pascual EchagĂ¼e. La ley dispone que desde la esquina de la plaza arranque una calle directa hasta el puerto, que debĂ­a denominarse
"Alameda de la FederaciĂ³n" (Nota: actual calle Rivadavia). Agrega que los sitios baldĂ­os frente
a la Alameda, se donaran a quienes se comprometieran a edificarlos. La avenida fue delineada por el ingeniero Juan Bautista André."


Autor: Cesar Blas Perez COlman
Del Libro: Parana 1810 - 1860 "Los Primeros 50 Años de la Vida Nacional"






Cuando el acceso de la Iglesia San Miguel se trasladĂ³ al lado sur (actual entrada por Carlos Gardel), se decidiĂ³ el trazado de una plaza que ocuparĂ­a el lugar que se conocĂ­a como paraje "Del Molino", se la denominĂ³ General EchagĂ¼e, - esta decisiĂ³n data del 29 de marzo de 1,836 -. En 1.840 el entonces Gobernador de Entre RĂ­os General Urquiza resuelve la cancelaciĂ³n de este nombre y estuvo innominada hasta el 5 de agosto de 1.854 cuando el vicepresidente de la ConfederaciĂ³n Argentina en ejercicio de la presidencia, suscribe un decreto en honor al General Carlos MarĂ­a de Alvear, -compañero de San MartĂ­n, presidente de la cĂ©lebre Asamblea del Año XIII -, designando con su nombre a la Plaza.

En el tiempo en que no tuvo nombre se la llamaba con el de la Iglesia tradiciĂ³n que hasta nuestros dĂ­as se sigue conservando.


Esta plaza estĂ¡ construida al estilo romano, inspirada en las antiguas villas de los patricios donde predominan grandes Ă¡rboles, especialmente, conĂ­feras sobre composiciones de canteros elevados. Desde sus esquinas superiores, mirando hacia el este, se divisan las Ăºltimas estribaciones de las lomadas Grandes de Montiel.

Posee en el centro una fuente luminosa y al oeste con frente a calle Buenos Aires un Monumento a la Madre.
Monumento a la Madre: Este monumento fue realizado por el escultor Don Francisco Marini (nacido en Catamarca en 1.909). La figura estĂ¡ fundida en bronce, con el concepto de los grandes planos, que establecen un sentido de unidad entre la figura de la madre y del niño.


Fuente Luminosa: Al igual que la fuente luminosa de la Plaza Primero de Mayo, su orĂ­gen se remonta al año 1.886 cuando se dictan las bases y condiciones para establecer el servicio de aguas corrientes en la ciudad. Una de las clĂ¡usulas obligaba al concesionario a colocar dos fuentes ornamentales. Una en la Plaza 1º de Mayo y otra en la Plaza Alvear las que debĂ­an funcionar gratuitamente para el municipio, las mismas tenĂ­an que ser de hierro, modelo elegante, de lujo y por lo menos debĂ­an contar con 20 pies de altura. En enero de 1.889 se emplazan estas fuentes; probado su funcionamiento, fueron puestas en servicio en julio de ese año.-




Para que el pasado de ParanĂ¡ no se pierda 

PASADO. Una antigua imagen de la plaza Alvear. 

A mediados del siglo XIX, en el llamado Barrio del Candombe estaba ubicado el molino harinero que pertenecĂ­a a don Juan GarrigĂ³. En los inicios de 1822 se iniciĂ³ la construcciĂ³n de la vieja capilla de San Miguel, ubicada hoy detrĂ¡s del actual templo y que desde diciembre del año 2000 es Monumento HistĂ³rico Nacional. 


Algunos años mĂ¡s tarde se decide ampliar la iglesia y se opta por construir un templo mucho mĂ¡s grande, edificio de estilo neogĂ³tico que se tardĂ³ aproximadamente 40 años en terminar y cuyo autor fue el Arq. Augusto Reant. Lo que hoy muchos llaman plaza San Miguel es en realidad la Plaza Gral. Carlos MarĂ­a de Alvear, que lleva ese nombre ya que fue el presidente de la Asamblea de 1813 quien le diera la categorĂ­a de villa al poblado de la otra Banda del ParanĂ¡.
Cuando se decide ampliar la vieja capilla, el viejo molino se transforma en plaza pĂºblica, ya que don Juan GarrigĂ³ dona ese terreno para tal fin.
En la imagen de hoy observamos parte de la Plaza Alvear, sobre calle Laprida, donde se habĂ­an construido hacia principios del siglo XX una serie de distinguidas casonas entre las que se destaca la de la familia Palma, lugar donde segĂºn las crĂ³nicas existĂ­a un conocido reñidero de gallos.
La ciudad cambia, se modifica, se moviliza. Sin perder el pasado, con historia y memoria, seremos capaces de construir nuestro futuro. 

Arq. Fernando Ponce
Especialista en Patrimonio 
Urbano/ArquitectĂ³nico


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