Concepcion del Uruguay - Santa Candida Antiguo Saladero
El Gral. Urquiza era propietario de varias estancias con numerosas cabezas de ganado, y un ejemplo del estanciero que se transforma en saladerista para industrializar la materia prima de sus estancias.
Las instalaciones contaban con grandes galpones destinados a: graserĂa, salazĂ³n de carne, lavado y salazĂ³n de cuero, depĂ³sito de sal, depĂ³sito de grasa, tonelerĂa y carpinterĂa (para la fabricaciĂ³n de pipas y toneles para envasar grasa y sebo), curtidurĂa, grandes corrales, ademĂ¡s de viviendas para empleados, cocina, panaderĂa y pulperĂa.
El saladero dio trabajo a mĂ¡s de 300 personas. Las instalaciones mencionadas estaban construidas sobre una barranca. Desde allĂ hasta el muelle se formaba una costa cenagosa cubierta de pastizales. A fin de facilitar el embarque de la mercaderĂa, Urquiza contratĂ³ al arquitecto Juan Fossatti para la construcciĂ³n de un ferrocarril interno. Para ello se trazĂ³ un puente de 153 mts. de largo por 4,50 de ancho, desde la barranca hasta el arroyo.
En la parte de la barranca donde se iniciaba el muelle se construyĂ³ un muro (que aĂºn se conserva), "que sirva de sostĂ©n y defensa a los terraplenes", para evitar el peligro de desmoronamiento. En su construcciĂ³n se utilizĂ³ madera dura como Urunday, lapacho y quebracho, y pinotea para los durmientes.
Dicho muelle tenĂa unos 20 mts. de largo. AllĂ las vĂas se bifurcaban "para facilitar el paso de los vagones que se encuentran de frente" y al llegar a la barranca tambiĂ©n lo hacĂa, hacia el interior del saladero.
Un elemento de vital importancia en estos establecimientos fue el agua, que se utilizaba para las maquinarias que funcionaban por sistemas de vapor, tambiĂ©n para el lavadero de cueros y otras tareas. Pero el pozo existente empezĂ³ a resultar insuficiente. Existia la posibilidad de profundizar la excavaciĂ³n hasta superar la gruesa capa de tosca.
La gente entendida se preguntaba, sĂ logrado esto encontrarĂan una abundante napa de agua?
La soluciĂ³n llegĂ³ con Guillermo Yule, quiĂ©n estaba colocando un equipo de bombeo para proveer de agua a la ciudad de ConcepciĂ³n del Uruguay. La bomba extraĂa agua del rĂo y se distribuĂa por medio de cañerĂas. Yule propuso su proyecto al Gral. Urquiza.
Se adquiriĂ³ en Buenos Aires una maquina de vapor y una bomba de pistĂ³n, con lo que el saladero, en 1860 contĂ³ con dos elementos importantĂsimos y novedosos para la Ă©poca, cual fue la instalaciĂ³n del ferrocarril interno y la abundante proviviĂ³n de agua con lo que se agilizĂ³ el trabajo.
-------------------------------
Llegando a este punto, es interesante destacar las pautas empresariales de don Justo JosĂ© de Urquiza.(1) Su empresa principal fue el saladero Santa CĂ¡ndida, en ConcepciĂ³n del Uruguay, ciudad que tenĂa un movimiento portuario muy intenso en las dĂ©cadas de 1850 a 1870 debido al comercio del saladero. El mismo tenĂa puerto propio aunque de poco calado. Los barcos que llegaban eran de aproximadamente 300 toneladas. Cuando el rĂo estaba en bajante cargaban en el puerto El Tala. En realidad el calado era de 14 pies, por lo que en gran cantidad de ocasiones se debĂa trasbordar en Buenos Aires o en Montevideo.
El saladero Santa CĂ¡ndida se habĂa iniciado en 1847. En ese entonces Urquiza ya era un acaudalado comerciante y desempeñaba el cargo de gobernador de Entre RĂos. Ya poseĂa grandes estancias y numeroso ganado. Por ende, necesitaba un saladero (equivalente al frigorĂfico de Ă©pocas posteriores) para cerrar el ciclo de su producciĂ³n. Obviamente que desde este punto de vista tenĂa que ser partidario de la libre navegaciĂ³n de los rĂos y de la libertad del comercio exterior. Como dato ilustrativo diremos que el precio de un novillo en 1849 era de tres pesos fuertes y el de una vaca dos pesos fuertes. Hacia 1850 exporta a los Estados Unidos una partida de 2.600 cueros, Ăºnico producto autorizado a exportar. Para fines de ese año el valor del saladero no era inferior a 40.000 pesos fuertes.
El saladero poseĂa interesantes instalaciones tales como: a) seis galpones de 37 x 15 varas (2) cada uno; b) los dos galpones principales poseĂan vapor, hornallas, tachos y cubos de refinar; c) otro galpĂ³n poseĂa saladero y playa con piletas para salarĂa; d) depĂ³sito de sal; e) pileta grande para depĂ³sito de grasa; f) taller instalado para labores de carpinterĂa; g) dos corrales, uno para vacunos (65 varas de diĂ¡metro) y otro para yeguas (30 varas Ădem); h) instalaciones para curtiderĂa de 86 x 10 varas con 16 piletas para cal y cascara; i) para la matanza de animales se utilizaban tres martillos y otros enseres de mano, y j) habĂa dependencias auxiliares tales como ranchos para vivienda del personal, cocina, panaderĂa, etc. (3)
En agosto de 1852 Urquiza arrienda el establecimiento a un fuerte comerciante oriental, don Samuel Lafone, el cual lo explotarĂ¡ durante casi cinco años. En la Ă©poca la industria saladeril comienza a sufrir la competencia del comercio de lanas. Pero de todas maneras, los volĂºmenes de producciĂ³n son muy importantes. Baste decir que en el perĂodo 1853/55 se vendieron 35.000 quintales (4) de tasajo por un valor de 165.000 pesos fuertes. Ello significa una matanza de 25.000 animales.
A fines de 1856 Urquiza retoma la direcciĂ³n del saladero. Cuenta ahora con la ayuda de G. Yule, quien le propone reformas tĂ©cnicas que mejoran el rendimiento y tambiĂ©n la construcciĂ³n de un ferrocarril que transporte los tachos desde las instalaciones del saladero al puerto de embarque. El ferrocarril se inaugura dos años mĂ¡s tarde. Otra propuesta consiste en el funcionamiento de la maquinaria por medio del vapor (Yule habĂa instalado con Ă©xito la extracciĂ³n de agua por bombeo en ConcepciĂ³n del Uruguay). En 1860 Juan Cruz Ocampo (a la sazĂ³n "apoderado" de Urquiza compra en Buenos Aires un equipo de 2 HP y 100 revoluciones por minuto, con lo cual se abastece totalmente de agua propia al saladero.
El ferrocarril del saladero se extendĂa desde los galpones hasta varias varas dentro del rĂo con un doble objetivo: a) poder cargar desde la embarcaciĂ³n, y b) en los dĂas de bajante del rĂo, llegar al eje del canal. La obra (realizada por el arquitecto Fosati y la colaboraciĂ³n de Cruz Ocampo) tenĂa una extensiĂ³n de unos 154 metros. Se complementaba con un muelle de veinte metros y un camino de 150 metros para llegar a Ă©l. Este era necesario por lo bajo de la zona y fue construido con maderas duras de la Mesopotamia (urunday, lapacho). El muelle poseĂa doble vĂa para facilitar la circulaciĂ³n de los vagones. Posteriormente se agregaron al saladero la fĂ¡brica de jabĂ³n y velas.
El capital del saladero, segĂºn balance de 1860, llegaba a la suma de 203.000 pesos fuertes, cantidad muy importante para la Ă©poca. Asimismo, y como dato curioso, acotamos que para esta Ă©poca aparece por primera vez en una operaciĂ³n comercial de cueros el nombre de don Antonio Delfino, que posteriormente estarĂ¡ muy ligado a la navegaciĂ³n del RĂo de la Plata. Finalmente, señalamos que el saladero no solo exportaba cueros y lanas, sino que por sus propias actividades, era un gran importador de sal.
Visita nuestro album de facebook de fotos antiguas de Concepcion del Uruguay: http://www.facebook.com/media/set/?set=a.484689824909769.119145.117793501599405&type=3
Escribir Comentario