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Esteban Laureano Maradona - El Medico de los Pobres

Un 14 de enero de 1995 fallecĂ­a Esteban Laureano Maradona, el MÉDICO DE LOS POBRES, el "doctorcito Dios". 

VolvĂ­a de Paraguay en tren y al pasar por Estalisnao del Campo (Formosa) le pidieron socorrer a una parturienta en grave estado y no subiĂ³ mĂ¡s al tren, se quedĂ³ a consagrar su vida por los humildes. TrabajĂ³ para las comunidades originarias del lugar, tobas, mocovĂ­es, pilagĂ¡s, matacos; erradicando enfermedades como la tuberculosis, sĂ­filis, lepra, cĂ³lera, etc. FundĂ³ la colonia aborigen Juan Bautista Alberdi, fundĂ³ una escuela rural donde hizo de maestro, mejorĂ³ la calidad de vida de los lugareños y mil obras mĂ¡s. MuriĂ³ a los 99 años en Rosario. El dĂ­a de su natalicio, 4 de julio, se conmemora como el DĂ­a del MĂ©dico Rural.

Esteban Laureano Maradona (Esperanza, 4 de julio de 1895 – Rosario, 14 de enero de 1995) fue un mĂ©dico rural, naturalista, escritor y filĂ¡ntropo argentino, famoso por su modestia y abnegaciĂ³n, que pasĂ³ cincuenta años ejerciendo la medicina en Estanislao del Campo, una remota localidad en la provincia de Formosa.

Su vida fue un ejemplo de altruismo. ColaborĂ³ con las comunidades indĂ­genas en varios aspectos: econĂ³mico, cultural, humano y social.

Es autor de obras cientĂ­ficas sobre antropologĂ­a, flora y fauna. RenunciĂ³ a todo tipo de honorario y premio material viviendo en la humildad y colaborando con su dinero y tiempo con los mĂ¡s menesterosos, a pesar de que pudo haber tenido una cĂ³moda vida ciudadana, gracias a sus estudios y a la clase social a la que pertenecĂ­a.


Un par de frases por Ă©l dichas sintetizan muy bien su pensamiento sobre su profesiĂ³n y su manera de vivir

:Si algĂºn asomo de mĂ©rito me asiste en el desempeño de mi profesiĂ³n, Ă©ste es bien limitado, yo no he hecho mĂ¡s que cumplir con el clĂ¡sico juramento hipocrĂ¡tico de hacer el bien a mis semejantes.
Muchas veces se ha dicho que vivir en austeridad, humilde y solidariamente, es renunciar a uno mismo. En realidad ello es realizarse Ă­ntegramente como hombre en la dimensiĂ³n magnĂ­fica para la cual fue creado.

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