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Historias de Parana - El Barrio de los Negros

El Barrio del Candombe

LOS NEGROS EN PARANA

EL BARRIO DEL CANDOMBE

Hacia el año 1836 Evaristo Carriego, responsable temporal del gobierno provincial, sancionó la ley que establecía la creación de la plaza denominada Echagüe y el trazado de la que sería Alameda de la Federación, arteria que se iniciaba en diagonal a la plaza y conducía directamente al puerto. 
Con este hecho los terrenos de los alrededores y especialmente los circundantes a la Alameda (que como bien se dijo, pertenecían a la Curia) comenzaron a verse con otros ojos; el valor que les atribuía semejante obra les concedía otra posición. 
Además cabe mencionar el hecho de que en el decreto mismo que establecía la creación de la tan popular arteria, aseguraba el renombramiento de esos terrenos a aquellos que estén en condiciones de edificar en un tiempo no mayor a seis meses. Paralelamente el barrio deja de llamarse Barrio El Tambor para llamarse San Miguel, nombre que aún conserva. 
Era sin duda la creación de una obra maestra, una obra de las élites, en la que el Barrio del Candombe no tenía cabida.

Según el censo de 1824, en Paraná había alrededor de 500 afroamericanos. Pero a partir de 1836 con la sanción de la mencionada ley, ya no hubo lugar para el barrio de los negros. No existen registros oficiales de su paradero, pero de un momento al otro el barrio desapareció y la historia se encargó de tapar todas las huellas. 

Los negros de Entre Ríos provenían principalmente de Santa Fe, Brasil o Uruguay. Hay testimonios que datan de 1784, sobre la presencia de esta población en Paraná. Por esa época, el Capitán de Fragata Juan Francisco Aguirre, refiriéndose a los orígenes del “…pueblo o capilla de Nuestra Señora del Rosario de la Bajada» dice: “A principios de este siglo, pasaron los tres primeros vecinos de Coronda, afligidos de la persecución de los Abipones, a poco pasaron sus ganaditos y uno después de otro se situaron donde les pareció mejor. Por el año 1740 ya tenían capilla, cuyos primeros ranchos alrededor fueron de unos pardos…». 

La cifra de 500 afroamericanos surge de la suma de pardos, morenos y negros consignados por los censistas. El censo de 1824 aclara sobre la situación de la mayoría de ellos, agregando “esclavo», “libre», “liberto», “conchabado», “criado», “huérfano». En la columna titulada “patria» se indicaba el lugar de procedencia, así podemos saber que 150 del total provenía de Santa Fe, 26 de Angola, 16 de Minas, 14 del Congo, 7 benguelas, 12 de Portugal y más de 200 respondían ser de Paraná. 
Según la encuesta, 65 de ellos eran esclavos, mientras 9 estaban registrados como “libres». Hay casos como el de los cinco niños Antúnez, quienes a pesar de haber nacido después de la Libertad de Vientres, aún figuraban como esclavos, lo mismo ocurre con Máximo Chaparro y Rita Márquez (9 y 8 años respectivamente en 1824). 

En 1847 se publicó una “relación de los individuos que componen el comercio» de Paraná: según ese documento había 79 comerciantes. La relación menciona a algunos comerciantes españoles calificados como “distinguidos», lo notable es que entre ellos figuraban algunos esclavistas: Pondal o Uzín por ejemplo.

En el censo de 1844 resulta muy difícil establecer el total de la población afroargentina en Paraná, pues en esa encuesta se suprimió la columna “color». Por lo tanto, para su análisis fue necesario guiarse mediante los datos de “patria» y “condición». Había hacia 1824 unos 32 esclavos en Paraná. 
Las familias de mayor poder adquisitivo eran las únicas que podían incluir en su lista de propiedades esclavos. No quedan de esta adquisición familias protagonistas de la historia paranaense.

http://www.eldiario.com.ar/diario/interes-general/101607-pasado-y-presente-de-la-negritud-en-parana-1.htm


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