Patrimonio Entrerriano - Aduana de Concepcion

Este edificio materializó los conflictos internos que enfrentaron a Buenos Aires y el Litoral en el siglo XIX, y que en 1852, después de la batalla de Caseros, desembocaron en la "libre navegación de los ríos" y la instalación de las aduanas nacionales en el litoral fluvial argentino. La ciudad de Concepción del Uruguay, convertida así en puerto de ultramar, focalizó un importante movimiento de exportación-importación, sobre todo por la gran actividad de los saladeros instalados en la región. A mediados del siglo XIX, el Gobierno Provincial encaró la construcción de la Aduana de Concepción del Uruguay.

El edificio, dispuesto sobre un eje de simetría axial, con el acceso principal sobre un pórtico avanzado de corte italianizante, conserva la cubierta plana original, soportada por vigas de quebracho labradas a mano. La construcción fue hecha en mampostería de ladrillos asentados en cal y arena, que según la tradición, fueron fabricados en el saladero de Santa Cándida.

Se destaca en la composición una torre-mirador de inusuales proporciones, de planta cuadrada y remate octogonal con almenas, que constituye por su singularidad, el elemento arquitectónico más significativo del edificio. Su diseño está inspirado en la arquitectura rural litoraleña de mediados del siglo XIX.

En el año 1887, como consecuencia de la realización del puerto nuevo de Concepción, la actividad comercial y naviera del puerto viejo y su Aduana decayó, y esta última pasó a albergar dependencias del Ministerio de Obras y Servicios Públicos. A partir de 1972 es sede de la Universidad Tecnológica Nacional.

Concepcion del Uruguay, Entre Rios