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24 Junio Nogoya - La Quema de San Juan


24 de Junio 

La Quema de San Juan en Nogoya

Se convoca por radio y el boca a boca. Cada año son mĂ¡s las personas que se acercan al Barrio Sur de NogoyĂ¡. AllĂ­ se realiza el 24 de junio la fogata de San Juan y, alrededor de ella, horas previas al encendido de un gran muñeco de trapo, los niños se divierten con juegos tradicionales, danzas folclĂ³ricas, chocolatada y torta fritas.

¿Siempre se festejĂ³ esta antigua tradiciĂ³n en la ciudad? “SĂ­, lo que pasa es que se fue perdiendo, y hoy nos encontramos con generaciones que desconocen lo que significa”, cuenta Aldo Muñoz, vecino e impulsor del festejo

“En Crucecita Tercera, de donde provienen mis padres, los niños iban al monte un mes antes del festejo, recogiendo ramas y amontonĂ¡ndolas en un lugar, para luego encender la fogata y contemplarla con todos los vecinos”, recuerda Aldo, mientras ceba mate.
Junto con Alicia, su mujer, decidieron revivir un sentimiento que muchos anhelaban concretar. 

De caminata por el barrio, se preguntaron por quĂ© no festejar algo que ellos recordaban fervientemente desde la infancia. “Me acuerdo que nosotros, al vivir en el campo, no tenĂ­amos luz elĂ©ctrica ni todas las comodidades que hay ahora, por lo que nos acostĂ¡bamos muy temprano, con la puesta del sol. Entonces los sanjuanes los vivĂ­amos con mucho entusiasmo, porque implicaba quedarnos horas frente al fuego, hasta muy tarde, juntando ramas y armando el muñeco”, dice Alicia.


EL AGASAJO. Los sanjuanes son festejos que se realizan en ciudades de tradiciĂ³n cristiana prendiendo fogatas en honor al santo, probablemente tomado de los pueblos andinos originarios, que en Ă©pocas de helada y frĂ­o, calentaban la Pacha Mama para que ella les dĂ© abundancia. Otros antecedentes respecto a la quema del muñeco, que en la mayorĂ­a de los casos personifica al demonio, provienen de pueblos del norte de Europa, donde festejaban con grandes hogueras, danzas y comidas tĂ­picas, la llegada del solsticio de verano, el 24 de junio.
Apropiada por la Iglesia, la fogata fue adoptada para celebrar el nacimiento de San Juan Bautista. Se cree que al llegar a AmĂ©rica, los misioneros españoles inculcaron en los lugareños el pensamiento de que, a travĂ©s de la quema del muñeco, San Juan intercederĂ­a alejando todos los males. Surgida como una necesidad, y como modo de reforzar los vĂ­nculos generacionales, esta prĂ¡ctica reanudĂ³ los lazos entre abuelos, padres y niños nogoyaenses.

DĂ­as previos a la quema, los vecinos se acercan a colaborar a la casa de los Muñoz y entre todos organizan la comida y el baile de ese dĂ­a tan especial. “Los chicos ayudan a armar el gran muñeco hecho con alambre y ropa vieja, relleno de pasto y ramas. Ese dĂ­a se los ve impacientes por encenderlo. Mientras tanto, compartimos una chocolatada con las familias”, detalla Alicia.
En un intento por demostrar que existen otros modos de divertirse, Aldo y Alicia aspiran a que los mĂ¡s pequeños valoren lo que ellos mismos han vivido, y ademĂ¡s, mostrar a otros de su generaciĂ³n que estas prĂ¡cticas no son anticuadas, ni han quedado en desuso. Es que se trata de una noche sagrada, la mĂ¡s larga del año, que nunca abandonarĂ¡ su aura mĂ¡gica. “Lo mĂ¡s maravilloso es ver los ojitos de los mĂ¡s chicos contemplando el fuego, Ă©sa es nuestra mayor satisfacciĂ³n”, dice Aldo, orgulloso.

Juana Aladio Varela, “Expresiones folclĂ³ricas nogoyaenses”, ParanĂ¡, 1972. “La quema del muñeco de San Juan”, nota publicada en CrĂ³nicas de Viajes, El Diario de ParanĂ¡, 11/6/06.
IlustraciĂ³n: Mario Milocco

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