El Principito de Concordia - Antonie de Saint Exupery
EL PRINCIPITO DE CONCORDIA
Antonie de Saint Exupery
Parque San Carlos, Concordia
Edda tenĂa en ese momento 9 años y Susanne 14, ambas amantes de las cabalgatas, salĂan diariamente a recorrer la zona. Un dĂa, haciendo su recorrido habitual, ven una avioneta que aterrizĂ³ en un campo lindero a la casa, y con mucha curiosidad se acercan al lugar para investigar quien era este intrĂ©pido aviador que se animĂ³ a descender en estas cercanĂas. Al aterrizar, una de las ruedas del aviĂ³n se quebrĂ³ al hundirse en una cueva de vizcacha y casi inmediatamente aparecieron en la escena las dos jĂ³venes: rubias, hermosas, casi niñas, al galope. Al llegar hasta el aviĂ³n vieron la torpeza del piloto y musitaron entre ellas una groserĂa, pero en francĂ©s; ¡Que tonto este hombre! ¡No vio la cueva!
Este aviador era Antonie de Saint Exupery, un excelente piloto francĂ©s que andaba sobrevolando la zona. TodavĂa no era escritor, solo volaba, y fue contratado por la Aeroposta francesa para trabajar en la Argentina, delinear rutas aĂ©reas y desarrollar el transporte aeropostal. La empresa lo destino a realizar un vuelo de reconocimiento para delinear la ruta entre Buenos Aires y AsunciĂ³n del Paraguay; cuando pasĂ³ por las tierras de San Carlos, vio un campo llano y decidiĂ³ aterrizar para descansar con su avioneta. DespuĂ©s de su aterrizaje accidentado se encuentra con las dos niñas, a Saint Exupery se le abriĂ³ el cielo de repente cuando las escuchĂ³ hablar en FrancĂ©s, de esta forma se vincula con la familia Fuchs y acepta quedarse en el castillo de San Carlos, hasta que le arreglaran su avioneta. Saint Exupery era un hombre alto, robusto, con movimientos de oso, nariz corta y respingada, ojos saltones, y un mirar semidormido. MedĂa casi dos metros de altura y apenas podĂa entrar en la carlinga de los aviones. Enamorado del cielo y el desierto, cuando no volaba, escribĂa. Con una grandeza espiritual y muy intelectual, despertĂ³ en las niñas una admiraciĂ³n muy peculiar la que fue compartida, ya que el se sintiĂ³ seducido por la vida de ellas, casi adolescentes, que se desempeñaban de forma muy diferente a los niños de la ciudad. Fue atrapado por sus travesĂas, sus historias y juegos. Descubre en ellas a dos princesitas que le enseñaron a valorar cosas que hasta ese momento, no habĂa aprendido. El contacto con esa casona y esta familia, le dan la posibilidad de percibir la magia que envolvĂa el lugar, y es lo que cautivĂ³ completamente a Saint Exupery.
En 1932, ya en Francia, Saint Exupery escribiĂ³ una nota periodĂstica en una revista de ParĂs con un tĂtulo sugerente: “Las princesitas argentinas”. Resulta inevitable asociar su experiencia entrerriana con la fĂ¡bula infantil que lo harĂa famoso en el planeta. Un esbozo de “El Principito” con esas dos chicas que eran muy especiales, sobre todo con la impresiĂ³n que le causĂ³ Edda. TambiĂ©n refleja exactamente lo vivido en esta experiencia, en el capitulo “Oasis” del libro Tierra de Hombres, donde dice: “HabĂa aterrizado en un campo y no sabĂa que iba a vivir un cuento de hadas; fue en un campo, cerca de Concordia en la Argentina”escribirĂ¡ años despuĂ©s. .El piloto volverĂa varias veces a ese lugar, al encuentro de sus “amigos deliciosos” que “vivĂan en un castillo de leyenda, una casa donde se aspiraba como incienso ese olor de vieja biblioteca que vale por todos los perfumes del mundo”. Cada vez que pudo contĂ³ y recordĂ³ con sus amigos esta experiencia inolvidable, y siempre mantuvo en su mente a esas dos princesitas que le permitieron descubrir un mundo nuevo, lleno de valores y esencias que enriqueciera su alma con mucha fuerza, hasta el Ăºltimo dĂa de su vida. La familia Fuchs permaneciĂ³ en el castillo hasta cumplir con su contrato con la Municipalidad, en el año 1935 se fueron a vivir a una estancia que adquirieron y se trasladaron con todos sus animales. Nunca mas supieron de su amigo pero siempre lo recordaron.
Buuenisiimoo.. :D
ResponderBorrarLa verdad me encanto y me sirvio mucho!!!
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